En una intensificación de su retórica de los últimos dos días, el Gobierno iraquí afirmó este martes que la retirada de las tropas internacionales es la “única solución”, mientras miles de personas despidieron al número dos de las milicias Multitud Popular, muerto junto al general iraní Qasem Soleimaní.
En medio de la escalada de tensión en Oriente Medio por la muerte el viernes de altos mandos iraníes y de milicias progubernamentales iraquíes en un ataque de Estados Unidos en Bagdad, el Consejo de Ministros iraquí mantuvo hoy una reunión presidida por el primer ministro, Adel Abdelmahdi.
En un discurso televisado ante su Gabinete, el dirigente dimisionario y comandante de las Fuerzas Armadas defendió la petición que el pasado domingo hizo ante el Legislativo de adoptar medidas “urgentes” para forzar la salida de las tropas internacionales.
“Lo que hemos sugerido ante el Parlamento sobre la salida de las fuerzas (extranjeras) es la única solución (…) No tenemos otra salida”, sentenció, al argumentar que Irak ya vivió entre 2011 y 2014 sin la presencia de tropas internacionales.
Además, después de que hace dos días el Hemiciclo le pidiese revocar la petición de ayuda a la coalición internacional de lucha contra el EI, Abdelmahdi aseveró que la formación yihadista es ahora “mucho más débil”.
Anoche, la Comandancia de Estados Unidos envió una carta a Irak en la que le informaba de una reubicación de las tropas de la alianza, si bien el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, salió poco después a clarificar que ello no suponía un repliegue.
El mandatario iraquí, quien confirmó la recepción de la misma en su intervención, ha mantenido buenas relaciones tanto con Washington como con Teherán durante el poco más de un año que ha estado en el poder, pero ha cambiado su postura sobre la presencia de tropas extranjeras tras el ataque del viernes.
Bagdad condenó la acción de Washington, en la que pereció el comandante de las Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní (IRGC), general Qasem Soleimaní, junto a varios líderes de la Multitud Popular.
Entre ellos destaca el número dos de estas milicias integradas principalmente por chiíes y que presuntamente reciben apoyo de Irán, Abu Mahdi al Mohandes, a cuyo funeral asistieron hoy miles de personas en la ciudad sureña de Basora.
En su mayoría asistieron simpatizantes de la agrupación armada, pero también estuvieron presentes varias autoridades provinciales, líderes de la Multitud Popular, miembros de las fuerzas de seguridad y diputados, explicó a Efe una fuente de la Comandancia de Operaciones de Basora que pidió el anonimato.
Entre fuertes medidas de seguridad, portando estandartes de las milicias e imágenes de Al Mohandes y Soleimaní, y cantando consignas contra Estados Unidos e Israel, los participantes se congregaron en la plaza Al Tayaran para recibir el féretro, que regresó este martes al país desde Irán a través del paso fronterizo de Shalamcheh.
El cuerpo de Al Mohandes había sido llevado a Irán, donde recorrió las ciudades de Ahvaz, Mashhad y la capital, Teherán, junto al de Soleimaní, en ceremonias fúnebres que se prolongan desde el domingo.
También hubo otros actos para despedirle en Muzana o Diwaniya, de acuerdo con la fuente.
Finalmente, los restos mortales del también líder del grupo Kata’ib Hizbulá, integrado en la Multitud Popular, fueron trasladados a Nayaf, donde fueron enterrados en el cementerio de Wadi al Salam, uno de los más grandes del mundo, confirmaron las milicias progubernamentales en un comunicado.
Además de insistir en su discurso, Abdelmahdi continúa trasladando su postura sobre la retirada de tropas a los líderes mundiales.
Hoy mismo, habló por teléfono con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, e insistió en “la postura del Gobierno y el Parlamento iraquí de la presencia de las fuerzas extranjeras y su retirada de Irak, y mantener su soberanía”, informó en un comunicado la oficina del primer ministro.
Sin embargo, también destacó la importancia de la colaboración entre Irak y la Alianza, a lo que el político noruego expresó el deseo de la OTAN de apoyar y entrenar a las fuerzas de seguridad iraquíes en su lucha contra el EI
EFE