Rodrigo Londoño o Timochenko, jefe de la guerrilla marxista que firmó la paz en Colombia, dijo este martes que desde noviembre sabía de un plan de sus antiguos compañeros de las FARC para atentar contra su vida.
El líder de la que fuera la organización rebelde más poderosa de América validó la versión de las autoridades que el fin de semana dijeron haber desbaratado un complot para asesinarlo.
“Esto que pasó, que fue una realidad, que fue cierto, no fue un invento de nadie. Me pone en una situación compleja para moverme”, afirmó Londoño en una entrevista con La Crónica del Quindío, un periódico del centro de Colombia.
Según Londoño, jefe del partido surgido del pacto de paz suscrito en 2016, incluso desde antes había sido informado por un alto oficial de la policía y la estatal Unidad Nacional de Protección (UNP) -que le presta seguridad- sobre la estrategia en curso para atacarlo.
“Me estuvieron informando de que se había descubierto un plan para atentar y que ya el comando que iba a hacerlo estaba listo; que la decisión era no hacerlo en Bogotá porque lo veían muy complejo, y que iban a esperar a que yo saliera a región para entrar a ejecutar el atentado”, agregó el dirigente.
Durante la acción policial que frustró el posible asesinato de Londoño, los uniformados abatieron a dos hombres identificados como Conejo y Guamby, quien militó durante 17 años en la organización armada.
“Eso duele porque eran dos muchachos, dos exguerrilleros que venían convencidos a matar (a) un traidor”, agregó el líder del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).
Según la policía, los fallecidos integraban una disidencia al mando de Hernán Darío Saldarriaga, conocido como El Paisa, un temido rebelde que durante años comandó la fuerza de élite de las FARC.
Saldarriaga es uno de los tres jefes del otrora grupo rebelde comunista que anunciaron una nueva rebelión armada en Colombia en agosto de 2019 comandada por el exnúmero dos y exjefe negociador en las pláticas de paz, Iván Márquez, por la “traición” estatal al acuerdo de 2016.
El partido FARC ha denunciado la muerte de decenas de sus miembros desde la firma de la paz y exigen más protección al Estado. El año pasado fueron asesinados 77 excombatientes, la cifra más alta desde que se suscribió el acuerdo, según la ONU.
Según las autoridades, han sido ejecutados por grupos narcotraficantes, disidencias y rebeldes del ELN.
AFP