Pertenezco a un país, donde hacerse rápidamente rico es una virtud, donde los directores y empleados de hospitales se convierten en empresas de suministros de material clínico porque desvalijan todo lo que tiene el hospital; donde es un triunfo conectarse a la señal de cable y electricidad sin pagar un centavo; donde las personas tiran la basura a la calle y luego le reclaman al Estado porque no limpian las alcantarillas y cañadas; donde no existe la cultura a la lectura, donde no se tiene conciencia ni memoria política y que en lo económico se lo dejamos al Estado, mientras nos gastamos nuestros ingresos en carreras de caballos, juegos de pelota, cerveza y whisky del bueno, terminales de lotería y por supuesto la esperanza de ganarnos el Kino.
Pertenezco a un país, donde nuestros diputados trabajan poco y cobran todos los días del año; donde la gente está llena de faltas y disfrutan criticando al máximo a sus gobernantes y políticos; mientras más le digo ladrones a los chavistas y maduristas, mejor me siento como persona a pesar que compro películas y programas de ordenadores piratas, mientras más le digo improperios a la oposición mejor me siento como venezolano a pesar que no le di de comer a un niño desamparado o engordar un presupuesto para meterme unos cobres con el Gobierno.
Ya basta… señores por favor ya basta, nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que este país necesita, porque estos defectos, esa sagacidad congénita, esa deshonestidad, esa falta de calidad humana, más que Chávez y su Revolución es lo que nos tiene realmente jodidos, lamentablemente no tengo garantía de quién lo vaya a hacer mejor que él, porque en vez de tomar nuestros destinos en nuestra manos, como unos verdaderos pendejos estamos esperando a que alguien nos señale el camino a seguir.
Mientras, seguiremos condenados e igualmente estancados, es que sino cambias tu forma de pensar, estés donde estés, viviremos siempre jodidos; porque es muy sabroso ser venezolano y vivir a la venezolana, pero cuando esa venezolanidad empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como “Nación” ahí la cosa cambia. ¡Le damos al débil o desvalido por lástima! Porque nos sentimos igualmente de pequeños que ellos. Tenemos que reflejarnos en los triunfos de otros, porque los nuestros son muy escasos. Admiramos e imitamos la mediocridad mediante las bajezas de los programas de televisión, películas de sexo, violencia y noticieros; atrapados en la industria de la disculpa, inmediatez y estupidez; somos un pueblo de malas copias que no creamos nada original.
Fijémonos como vendemos Petróleo e importamos toda lo necesario que de él se saca para vivir, pero ¡Viva! ¡Viva la Soberanía! ¡Hombres y jodidos todos pero muy soberanos nosotros! y francamente después de todo he pensado en buscar al responsable de todo esto, no para castigarlo sino para exigirle que mejore su comportamiento y estoy muy seguro que lo voy a conseguir, cuando me vea en el espejo y ahí estará, no necesito buscarlo en otro lado le voy a exigir y suplicar que dejemos de ser una Sarta de Pendejos…
Gervis Medina
Escritor venezolano
@gervisdmedina