Para ello, el también Presidente de la Asamblea Nacional se ha centrado en temas neurálgicos como el narcotráfico y el terrorismo. A cada Jefe de Estado con los que se ha reunido le va dejando las pruebas que avalan sus acusaciones. La idea es cerrar filas entre los cerca de 60 países que lo apoyan hasta ahogar la administración de Maduro. Lo cierto es que todos apuestan por una salida electoral. Ninguno está dispuesto a lanzarse en una aventura que sólo les generaría grandes erogaciones económicas, exposición de su gente y un alto costo político a lo interno.
El chavismo y la oposición parecieran avanzar en un acuerdo político de cara a una posible convocatoria de presidenciales a la par con las parlamentarias, pero como siempre ha debido ser, hoy sus detalles se mantienen en la más estricta reserva. Desde hace rato Acción Democrática se deslindó de la abstención y se fue a la calle para aceitar su maquinaria electoral. Lo mismo viene haciendo Un Nuevo Tiempo. Por tradición y cercanía ideológica, ambos partidos siempre bailan pegados. Por su parte, hace algunos días reapareció Henrique Capriles, dirigente de Primero Justicia ó de una parte de ese partido, con un planteamiento claro: “…se deben propiciar las condiciones para generar el ‘escenario ideal’ para adelantar la estrategia que se traduce en la materialización de unas elecciones…”
No en vano Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Maduro, hizo escala por algunas horas en Madrid. Aunque sobre ella pesan sanciones internacionales, ésta fue atendida por un ministro de Gobierno. Coincidencialmente Juan Guaidó también mantuvo una agenda full en España. No fue recibido por el presidente Pedro Sánchez como correspondía, sino por la ministra de Relaciones Exteriores. Si bien la razón de esta actitud pudiera claramente responder al secuestro que mantiene la izquierda al gobierno de Sánchez, no es descabellado pensar que pudiera tratarse de una estrategia para mantener abierta la puerta de las negociaciones que impulsa desde ese país el expresidente Zapatero, quien tiene línea directa con chavistas y opositores.
De hecho, el tuit de la titular de la cartera de exteriores tras la reunión con Guaidó dice: “Gracias x una buena conversación comprometida con generar condiciones para la celebración de elecciones presidenciales con garantías democráticas”, mientras que en la nota oficial de su despacho se agrega que “España trabaja para este fin con sus socios de la Unión Europea y del Grupo Internacional de Contacto”.
Pero ¿cómo destrabar el juego? ¿Cómo encontrar una salida elegante sin que ésta se traduzca en una humillación política para ninguna de las partes? He allí el dilema para el que parece haber surgido una posibilidad. Y es que según nota de prensa publicada el pasado 23 de enero por la agencia internacional de noticias Reuters, “el partido de Henri Falcón busca el beneplácito de Estados Unidos para lograr un acuerdo con el presidente Nicolás Maduro que implique anular y repetir la elección de 2018”. Esta aseveración se desprende del informe presentado por la empresa canadiense de cabildeo Dickens & Madson, en su informe semestral al Departamento de Justicia de Estados Unidos, con fecha 21 de enero 2020, donde además se asegura que Maduro y Falcón “aceptarían la invalidación de los resultados de la elección presidencial” si el Tribunal Supremo de Venezuela permite que se repitan los comicios. De ser esto cierto, la mesa quedaría servida y la solicitud que Guaidó le ha hecho a la diáspora venezolana en cada país visitado dejaría de ser palabras huecas para adoptar un verdadero significado: unidad, crítica constructiva y que todos empujemos hacia una misma dirección. Mientras tanto, en la Asamblea Nacional allanan el camino para avanzar en la postulación de candidatos para la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral, lo que sin duda será un nuevo capítulo en esta permanente lucha de poder.
Gladys Socorro
Periodista
Twitter: @gladyssocorro