Empresas japonesas en China sufren en carne propia el impacto del coronavirus

Empresas japonesas en China sufren en carne propia el impacto del coronavirus

Las personas que usan máscaras protectoras son vistas en un supermercado en Shanghai, China, cuando el país se ve afectado por un brote de un nuevo coronavirus, el 7 de febrero de 2020. REUTERS / Aly Song

 

El brote del coronavirus está impactando en las operaciones de las empresas japonesas en China y en algunos casos las está obligado a buscar alternativas en la cadena de suministros para reemplazar los que han dejado de llegar por las interrupciones de la poderosa maquinaria de producción china.

Todavía no hay cifras precisas sobre lo que se ha perdido, y tardarán en conocerse, pero todo apunta a que los resultados del gigantes industriales como Toyota o Nissan, cada día más dependientes de China, se resentirán en el primer trimestre.

Grupos importantes del sector automotor de Japón ya han anunciado el aplazamiento de la reapertura de sus fábricas tras las festividades del Año Nuevo en China.

El grupo Toyota, por ejemplo, anunció hoy que aplazaba una vez más la reanudación de las operaciones de sus doce plantas en China (cuatro ensambladoras y ocho fábricas de componentes industriales), y se tomará una semana desde el lunes para adoptar una decisión.

Esas plantas estaban cerradas por las festividades del Año Nuevo Chino, pero a fines de enero Toyota dijo que aplazaba la reiniciación de sus operaciones y que el 10 de febrero revisaría la situación, aunque hoy ya avisó que se tomaba una semana más de plazo.

El problema no es sólo por las dificultades que pueden tener las plantas en determinados lugares de China, sino de qué forma se puede garantizar el suministro de autopartes, teniendo en cuenta los obstáculos que está encontrando la cadena de producción.

El director de operaciones de Toyota, Masayoshi Shirayanagi, señaló el jueves que la firma está evaluando la situación de los inventarios ante la posibilidad de producirlos en otros lugares con el fin de garantizar la cadena de suministros.

Por su parte, una portavoz de Nissan, el segundo mayor fabricante japonés del sector automotriz, dijo hoy a Efe que la firma está considerando reiniciar sus operaciones en China después del 10 de febrero, y a partir del 14 de febrero la producción en la provincia de Hubei, incluyendo Wuhan, el epicentro del brote de coronavirus.

Ello, agregó la fuente, cumpliendo con las directivas del Gobierno y teniendo en cuenta la situación de la epidemia y la de sus suministradores.

Honda, que en 2019 anotó una producción récord de automóviles en China, ha tomado medidas similares al aplazar por lo menos hasta finales de febrero la reapertura de las operaciones de su fábrica en Wuhan, donde genera la mitad de su producción en ese país.

Unido a ello, las cadenas de ropa y accesorios Uniqlo y Muji han cerrado hasta hoy la mitad de las tiendas en China, no sólo para evitar una mayor extensión de la infección sino por problemas de producción.

Son angustias que se extienden a otros sectores, como el de cosméticos, cuyos productos son de los más buscados por los millones de turistas chinos que vienen cada año a Japón. El año pasado, por ejemplo, llegaron 8,4 millones.

Shiseido, una de las marcas preferidas por los ciudadanos chinos, tanto en Japón como en su propio país, informó este jueves que sus ventas cayeron un 55 % durante las festividades del Año Nuevo chino respecto al año anterior.

Se trata de una cifra importante teniendo en cuenta que los productos de esa marca nipona acaparan el 20 % del mercado chino.

Al margen de estas pérdidas en las grandes corporaciones, se espera que haya un importante impacto en el turismo hacia Japón, teniendo en cuenta que China es el primer país en el número de visitantes que llegan a tierras niponas.

No se conocen todavía datos sobre el número de turistas llegados en enero, aunque cálculos extraoficiales indican que puede haberse registrado una caída próxima al 40 %.

Ya desde finales de enero la principal aerolínea nipona, ANA, anunció la cancelación de sus vuelos a Wuhan, aunque mantenía las rutas a otras ciudades chinas.

Ante todo ello, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, anunció hoy que la semana próxima dará a conocer una serie de medidas para reducir el impacto económico por el brote de coronavirus, al margen de las precauciones de salud.

“Vamos a tomar medidas para posibles casos teniendo en cuenta el impacto económico a las economías locales, incluyendo el turismo”, afirmó Abe. Entre las propuestas que se han filtrado figuran la posibilidad de asistencia financiera a las pymes.

El análisis hecho desde Japón compara los efectos del brote de coronavirus actual con el que se registró hace casi dos décadas por el síndrome agudo respiratorio y grave (SARS), con un impacto muy fuerte en China y que causó en todo el mundo más de 600 muertos.

Pero en aquellos tiempos la economía de China no era tan importante como actualmente, por lo que el impacto en una economía cada día más globalizada puede ser mucho mayor. EFE

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