La estrella mexicana fue acusada a fines de los ‘90 de integrar una supuesta sociedad junto al productor musical Sergio Andrade que, con el objetivo de llevar a la fama a adolescentes, las secuestraba para abusar de ellas. Pese a que el caso explotó entonces con el nombre de “el clan Trevi-Andrade”, con el tiempo se demostró que la artista había sido también una víctima del manager. Las acusaciones, la vida en Brasil cuando estalló la polémica, los días en prisión, la extradición y cómo logró reinventarse para volver a empezar.
Por Agustina Larrea | Infobae
“A mí me gusta andar de pelo suelto, me gusta todo lo que sea misterio. Me gusta ir siempre en contra de viento: si dicen blanco, yo les digo negro. A mí me gusta andar de pelo suelto, aunque me vean siempre con enredos. Me gusta todo lo que sea sincero. Yo soy real y no tengo reverso”. A comienzos de los ‘90, una joven impactante se arrastraba por el piso de programas de televisión y escenarios de todo tipo mientras cantaba esas letras separando las sílabas bien marcadas. Tenía mucho maquillaje, medias por lo general rotas, el pelo enrulado suelto, claro, y una actitud que hacía que el público la amara.
Aunque Gloria Trevi comenzó su trayectoria como artista juvenil cuando integró el grupo mexicano Boquitas Pintadas en los años ‘80, fue en solitario y una década después que su carrera la llevó a lo más alto de la fama. Hasta que un escándalo judicial y mediático hizo que todo el éxito que había cosechado se viera opacado por un caso que la llevó a las tapas de los principales diarios y revistas, a los programas de televisión más populares, a ser el comentario de todos: la acusaban de integrar un supuesto clan, junto al célebre productor musical y “cazatalentos” Sergio Andrade, dedicado a cooptar a adolescentes y abusar sexualmente de ellas.
Mucho tiempo después, sin embargo, una investigación judicial –que la mantuvo en prisión durante más de cuatro años, una suerte de “temporada en el infierno”, según describió en varias entrevistas– demostraría que en todo caso la artista fue una víctima más de un entramado urdido por aquel hombre que se jactaba de haberla descubierto cuando tenía apenas 15 años durante un concurso musical.
LOS COMIENZOS
Gloria Trevi, que en realidad se llama Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz, nació un día como hoy, hace 52 años en Monterrey, México. Cuando sus padres detectaron que de muy chica tenía un talento especial para la música, no dudaron en incentivarla y acompañarla a certámenes en los que demostraría sus condiciones artísticas. Por su parecido físico con Lucero, otra de las grandes estrellas pop de México, ganó un importante concurso organizado por Televisa y desde entonces no paró hasta convertirse en una de las figuras más destacadas del mundo del espectáculo de su país.
Fue durante su adolescencia que conoció al entonces exitoso productor musical Sergio Andrade y comenzó a trabajar junto a él: se trataba de un auténtico “cazatalentos”, que acompañó la carrera de varias celebridades desde su rol de manager y productor, por lo general niñas o mujeres muy jóvenes.
“Yo tenía 15 años con una mentalidad de 12 cuando conocí al gran productor que inmediatamente buscó convertirse en un espejismo del amor y se hizo pasar por mi única oportunidad de alcanzar mis sueños para poco a poco empezar a aislarme”, diría la cantante años después a la revista TV y Novelas.
A fines de 1984, Andrade impulsó la creación de Boquitas Pintadas, el grupo integrado por Trevi, Raquenel Portillo –más conocida como Mary Boquitas–, Pilar Romero, Mónica Murr y Claudia Rosas. La banda teen funcionó un tiempo pero luego se diluyó. Quien se destacó fue Trevi, que de inmediato continuó como solista y se impuso, a fuerza de un estilo transgresor, con canciones que hablaban de mujeres alejadas del estereotipo de sumisión y supuesto recato que imperaba entonces. La acompañaban muchas veces coristas, que también se mostraban como ella.
Algunos sectores conservadores criticaron a Trevi, que no dejaba de vender discos y de conquistar escenarios en su tierra y en varios países de América Latina.
Consultada en 2015 por aquellos comentarios críticos, la artista aseguró al diario español El Mundo: “No los entiendo, pero lo vivo con bastante paciencia. Considero que a las personas que critican o juzgan les falta experiencia. Yo alguna vez fui como Doña Pudor y criticaba a los demás. Ahí soñaba que me iba a casar virgen y, cuando veía a una muchacha besándose con su novio en la esquina, decía que era una puta. Pero cuando conocí el amor, pensé: “Ay, qué bueno. Y no soy puta” (se ríe). ¿O sí? (echa una carcajada). No, no lo soy”.
Por aquellos años llegaron sus primeros y exitosos discos (¿Qué hago aquí?, 1989; Me siento tan sola, 1992; Más turbada que nunca, 1994). En esa época también incursionaría en la actuación, como protagonista del largometraje Pelo suelto, que con los años se convirtió en una de las películas más taquilleras en la historia del cine mexicano.
El éxito seguía y la dupla Andrade-Trevi iba por más. Años después, la cantante señalaría en el popular programa televisivo El Gordo y la Flaca que, con el correr de los días, empezó a ser manipulada y maltratada por el manager: “Yo creía que era normal que saliera, cantara y me metiera al hotel y no saliera para nada, nada; nunca iba a ninguna fiesta, no tenía amigos, ni amigas, nada. La verdad no me daba cuenta”.
Así fue que, además del trabajo en presentaciones en vivo, giras y las grabaciones de nuevos discos, comenzaron a tener también un vínculo sentimental.
EL ESCÁNDALO
El torbellino llegó en 1998, con la aparición del libro La Gloria por el infierno, escrito por la ex corista de Trevi, Aline Hernández, en el que de alguna manera quiso mostrar la verdadera cara de Andrade y los abusos que cometía aprovechándose del poder que tenía sobre sus representadas.
“Fue entonces que salió a la luz pública que Andrade, aprovechando la fama de Trevi, dio inicio a un reclutamiento de adolescentes, como las hermanas De la Cuesta, Kathia, Karla y Carola y la propia Aline Hernández, con quien se casó en 1990, cuando ésta apenas tenía 15 años de edad y él 34”, informó entonces la agencia EFE y, agregó: “Este libro fue publicado en medio de un gran escándalo, pero sólo fue la punta de la madeja que dio pie a que otras personalidades del espectáculo en México hablarán de la oscura personalidad del productor”.
Además del ruido mediático, llegó una denuncia formal ante la justicia mexicana, por parte de la madre de otra artista con la que trabajaba el manager, por los presuntos delitos de rapto, corrupción, abuso y violación de menores. En ese momento, además del productor, la acusación cayó también sobre la propia Trevi, sobre Mary Boquitas, que era parte del equipo de la artista.
De inmediato, en los programas de televisión, en los diarios y en las revistas de la época se empezó a hablar del “Clan Trevi-Andrade” para hacer referencia a este caso y estalló el escándalo con declaraciones cruzadas en los medios y testimonios desgarradores de víctimas ante las cámaras. Se habló de abusos, de varios hijos no reconocidos de Andrade, de promesas artísticas incumplidas a menores y de maltrato psicológico.
En junio de 1999, la Procuraduría de la localidad de Chihuahua pidió una orden de aprehensión contra Trevi, Andrade y Mary Boquitas, quienes se habían ido a vivir a Brasil. Por esos días el grupo vivía unido y la propia Trevi había tomado distancia de la música para dar a luz en octubre a su primera hija, Ana Dalai mientras la investigación en su contra continuaba en México y en los medios se hablaba de todo tipo de aberraciones que supuestamente tenían lugar dentro del clan: desde golpizas, hasta juegos macabros y acoso sexual.
Poco tiempo después, en circunstancias que todavía hoy no se conocen, la pequeña hija de la artista y Andrade murió con 33 días de vida. Aunque con los años se habló de un caso de muerte súbita mientras la pequeña dormía, las especulaciones se multiplicaron por aquellos días y varios acusaron a Mary Boquitas de hacer “desaparecer” los restos de la menor. En medio de la conmoción por la muerte, a comienzos de 2000 llegó la orden de detención a Brasil, intercedió Interpol y el escándalo volvió a la primera plana de los medios latinoamericanos.
“La cantante Glovia Trevi; su representante y compañero sentimental, Sergio Andrade, y su amiga Mary Boquitas, denunciados en México por supuesto abuso sexual y secuestro de menores, fueron detenidos ayer en Río de Janeiro, según confirmaron fuentes de la Interpol. Según la policía, Trevi y Andrade vivían desde hace un año en Brasil, pero no podían ser detenidos hasta disponer de una orden de captura internacional, lo cual ocurrió esta semana. Los detenidos fueron interrogados ayer y trasladados a una comisaría especial para quienes esperan un proceso de extradición. Según fuentes policiales, dicho proceso podría resolverse en pocos días pues Brasil ya ha recibido la correspondiente petición de México”, detalló el diario El País en su edición del 14 de enero de 2000.
Los días de prisión se convirtieron en un infierno para la intérprete de Todos me miran. Mucho después reveló que durante su detención fue abusada sexualmente y golpeada por otros reclusos: “En la celda de al lado, estaba uno de los narcotraficantes más fuertes de Brasil y Colombia. Sí hubo un acoso de la gente de la cárcel, pero yo no podía hablar. Ni para bien o para mal. Si el preso de al lado decía que me callaba, yo tenía que hacerlo. Un día me asusté mucho. Un día abrieron la celda para hacerme algo, pero los otros presos actuaron al contrario… Me defendieron”, afirmó en una entrevista.
En octubre de 2001, mientras seguía detenida, otra noticia impactó al mundo: Gloria Trevi anunció que estaba embarazada. Poco después, dio a luz y empezó el proceso legal para regresar a su país. El misterio sobre la paternidad de su segundo hijo se mantiene hasta hoy.
“Tras dos años y dos meses de detención en Brasil para ser extraditada a México, la cantante Gloria Trevi enfrenta una nueva batalla legal para impedir su entrega con el fin de ser procesada por los delitos de rapto, violación y corrupción de menores. Trevi, de 33 años, está actualmente recluida en una habitación del hospital regional del ala norte de Brasilia, donde dio a luz un niño el último 17 de febrero. Lo bautizó con el nombre de Angel Gabriel y hay dudas sobre la identidad del padre. Los médicos manifestaron que no pueden dar de alta a la paciente ‘porque sufre de crisis de depresión y psicológicas’”, informó entonces un cable de la agencia AP en abril de 2002.
Trevi y el pequeño Ángel Gabriel llegaron finalmente en diciembre de ese año a México y la cantante fue detenida en el Centro de Readaptación Social nº1 del Estado de Chihuahua. Dos años después, un juez determinó que ni Trevi ni su compañera Mary Boquitas habían cometido ningún delito y fueron absueltas.
Andrade, en tanto, fue condenado a siete años y diez meses de prisión por los delitos de rapto, violación agravada y corrupción de menores en perjuicio de la corista Karina Yapor.
Trevi, que hoy cumple 52 años, debió volver a empezar. Además de escribir un libro mientras estuvo presa, retomó su carrera artística y la vida familiar.
Editó el disco Cómo nace el universo producido en diciembre de 2004, que obtuvo fue Disco de Oro y obtuvo la nominación a mejor álbum de pop latino por la revista Billboard.
En 2009, la cantante se casó con Armando Gómez, con quien tuvo otro hijo: Miguel Armando. Desde entonces, siguió presentándose en vivo e impactando con su estilo singular. Su último disco, El amor, fue lanzado en 2015.
Durante la cuarta edición de los premios Latin American Music Awards (Latin AMAs), que tuvo lugar en octubre de 2018 en el teatro Dolby de Los Ángeles, la artista se animó a hablar en público de todo lo que había vivido durante la década anterior.
“Voy a decirles lo que nunca he dicho en un escenario (…). Seguramente escucharon miles de historias de mí. Entre ellas, que estuve en la cárcel. Sí, cuatro años, ocho meses y ocho días le llevó a la justicia mexicana reconocer mi inocencia. Fui una cortina de humo para las muertas de Juárez. Porque así, a veces, condenando a una mujer ocultan los crímenes contra otras”, dijo conmovida ante una multitud.
Sobre Andrade habló, pero prefirió referirse a él con una letra: “X”. “Porque eso fue en mi vida. Él no fue mi creador, ni me descubridor, porque con él y sin él, he demostrado que yo soy Gloria Trevi”. Los presentes en la sala se pusieron de pie para aplaudirla.