Mientras el Gobierno venezolano anunciaba los preparativos para los ejercicios militares Escudo Bolivariano para el 15 y 16 de febrero, simultánea y “casualmente” la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) arrancó el 14 de febrero un paro armado por 72 horas en territorio colombiano. Pero en Boca de Grita, población tachirense, el viernes en la noche llegó el ELN y atacó, porque al grupo guerrillero, que viene avanzando por todo el norte del Táchira, solo le faltaba llegar a esa zona.
Por: Sebastiana Barráez || Infobae
“Los elenos tomaron Boca de Grita anoche (viernes) y destruyeron La Enfermería, como le decían al cuartel central de Los Rastrojos. Ayer sábado, después del mediodía, varios de los paramilitares, incluyendo su comandante alias Brayan, se desplazaron hasta Caño Motilón en el Catatumbo, en tres vehículos y trasladaban en el planchón de una camioneta a varios heridos”, dice una fuente a Infobae. “Varias mujeres paramilitares o parejas de los Rastrojos se lanzaron por el río y lo cruzaron para salvarse, luego de la destrucción de La Enfermería, porque los elenos le cayeron a plomo al lugar”.
Ayer sábado aparece la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en Boca de Grita, sobrevuelos de helicópteros y tropa recorriendo el pueblo. El pueblo sin luz durante gran parte del día.
Boca de Grita es, más que un pueblo, un caserío pequeño. Los paracos están en todo el lugar. La pequeña plaza lucía tenebrosa, con gran cantidad de hombres jóvenes ahí sentados, con bolsas plásticas y motos. Son ellos quienes vigilaban quien entra y sale del pueblo.
Cuando se llega a Boca de Grita hay un punto de control de la Policía Nacional, más adelante está el de la Policía del Táchira y casi al cruzar el puente Unión está el de la Guardia Nacional Bolivariana. Todos conocen a Los Rastrojos, se relacionan con ellos y hasta tienen amigos y socios.
Los enfrentamientos
Además de los tres miembros de Los Rastrojos capturados, que anunció Freddy Bernal, en lugar de hacerlo la Fuerza Armada Nacional, estaría un individuo llamado alias “Juan Carlos”, querido y defendido por la gente del pueblo. “Él pertenece a La Empresa (así llaman a Los Rastrojos en la zona) y los pobladores empezaron a trancar la vía para evitar que se lo llevaran detenido. Ahí comenzaron los enfrentamientos entre Los Rastrojos y la FANB”.
Hubo tiros desde territorio venezolano hacia el colombiano y viceversa, pero no hacia Puerto Santander, sino por la parte sur de Boca de Grita.
Causa asombro que, siendo Los Rastrojos un sanguinario grupo paramilitar colombiano, haya gente común en esos pueblos fronterizos que los defiendan. “Es que son ellos quienes resuelven los problemas”, es el argumento más común. De alias “Juan Carlos” dicen que “lo quieren porque es quien financiaba muchas cosas, incluso cirugías médicas en la zona”.
El reporte del gobierno venezolano habla de la captura de los tres paramilitares, pero no de los funcionarios que resultaron heridos y que fueron trasladados en los helicópteros de la Fuerza Armada.
Habitantes de la zona denunciaron que los militares entraron a las casas tumbando puertas, además detenían a cualquier persona que encontraban en las calles.
Con los paracos también
De abusadores califican algunas personas de la zona a Los Rastrojos. “Estaban descarados. Entre el contenedor que está en el puente Unión y la alcabala de la Guardia Nacional estaban los paramilitares con su alcabala propia. Le cobraban a cualquier persona que iba a pasar de Boca de Grita a Puerto Santander (territorio colombiano)”.
De nada servía acudir a los militares ante los cobros que hacían Los Rastrojos, porque la respuesta de los funcionarios era: “lo que ellos (los paracos) digan”.
Eran Los Rastrojos quienes les ordenaban a los guardias que detuvieran a determinadas personas, “cuando éstas llevaban sacos o costales con productos para Colombia”. “Si pretendías pasar con los niños, los paramilitares eran quienes te pedían el permiso para pasar, sin que la GNB hiciera nada”.
Hay quienes los veían a veces sentados bajo un árbol. “Desde ahí ordenaban a quienes pasaban con bolsas que debían pagarles dos mil pesos colombianos por cada una. Gente que iba con su maleta de ropa también debía pagar. Si a una de las mujeres del SAIME que están ahí mismo le gustaba algo de lo que llevaban quienes pretendían pasar le puente, se lo quitaban”.
En Boca de Grita los paramilitares no permitían la llegada de vendedores que no fueran los que pagaban su respectiva “vacuna” o impuesto. “Incluso, cada unidad de transporte público debía pagarles para entrar y salir del pueblo”.
El coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía de Cúcuta, dijo que desde Venezuela, a causa del enfrentamiento entre la guerrilla y paramilitares, recibieron en territorio venezolano a dos heridos con armas de fuego.
Agregó el funcionario del vecino país que hay unas 150 personas que pasaron hacia Puerto Santander y son atendidas como refugiadas. El paso fronterizo fue cerrado por las autoridades venezolanas, según confirmó la alcaldesa de Puerto Santander, Virginia Torres.
En horas de la noche un supuesto panfleto del ELN se dio a conocer en Boca de Grita, donde se les advertía a los habitantes de ambos lados de la línea fronteriza que “se le agradece a la comunidad no intervenir en nuestra operación, ya que, si no acata la orden, tendrán que atenerse a las consecuencias. Se le dará la oportunidad a aquellas personas que tienen vínculos con los paramilitares, que se hagan a un lado y se les respetará la vida”, se lee en el panfleto.