El próximo primero de marzo se cumplen 53 años del secuestro y posterior asesinato del prestigioso médico Julio Iribarren Borges, quien para la fecha actuaba como Presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) durante el gobierno de Raúl Leoni, en el cual su hermano Ignacio se desempeñaba como Canciller. Fue un crimen calificado como “horrendo” por las terribles torturas a que fue sometida la víctima en manos de los secuestradores, integrantes de un grupo extremista de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), uno de cuyos comandantes Elias Manuitt, declaró a los pocos días en el diario “Granma”de la Habana que se trató de un acto de “ajusticiamiento revolucionario”. Ese terrible hecho causó gran controversia política inclusive dentro de las propias organizaciones guerrilleras que, aún en 1967, mantenían con el apoyo del régimen cubano, un empeño desestabilizador de la democracia venezolana.
Y es que la violencia de los años 60 se inicia en Venezuela con el intento de magnicidio que, el 24 de junio de 1960 tuvo a punto de acabar con la vida de Rómulo Betancourt y que fue precedido de un frustrado golpe de Estado que, el 20 de abril de ese mismo año, con el apoyo del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, intentó el ex ministro de la Defensa de la Junta de Gobierno de 1958, el general Jesús María Castro León. Luego vendrían otros intentos golpistas inicialmente de origen cívico militar como fueron el Barcelonazo en junio de 1961, el Carupanazo en mayo de 1962 y el Porteñazo un mes después con saldo de más de 400 muertos.
Posteriormente, impulsados por movimientos guerrilleros, con apoyo del Castro Comunismo ocurrieron, a lo largo de la década otros intentos de derrocamiento de la naciente democracia, como las frustradas invasiones de milicias apoyadas por el régimen cubano por Chichiriviche (Falcón), en julio de 1966 y por Machurucuto (Barlovento), en mayo de 1967. Y secuestros y asesinatos, como el referido al comienzo de este artículo.
A pesar de esos recurrentes intentos desestabilizadores y violatorios de la soberanía nacional, se logró el 23 de enero de 1961 la puesta en vigencia de primera constitución del retorno de la democracia en el país. Y en diciembre de 1968 se celebraron elecciones presidenciales que, con el triunfo de Rafael Caldera del principal partido de oposición, marcaron el hito de la alternabilidad democrática en el país y la puesta en vigencia de un proceso de pacificación que aseguró la gobernabilidad democrática y el progreso nacional en las décadas siguientes.
Ante la compleja realidad que vive Venezuela, las experiencias de la violenta década de los años sesenta y de la inteligente y eficiente posición asumida por el liderazgo político democrático que, con el apoyo de las fuerzas armadas respetuosas de la constitución, supo confrontar y derrotar la insurrección y el terrorismo, son lecciones aún no aprendidas por la dirigencia política actual, pero que deben servir de importante referencia para asegurar el Acuerdo Nacional de Gobernabilidad que el país necesita para deslastrarse del militarismo, de la cultura rentista y del populismo y poder enrumbarse, en democracia, hacia el desarrollo humano sostenible que le permita incorporarse –aunque con dos décadas de mora- en las nuevas realidades del siglo XXI. Ya no será un proceso de desarrollo atado a los peligrosos vaivenes del rentismo petrolero, sino debe ser un firme empeño de todos para la promoción del progreso con justicia social, conscientes, como lo señalaba Uslar Pietri, que el verdadero y más valioso recurso del país somos los propios venezolanos.
Sobre estos relevantes temas, y como un ejercicio de historia prospectiva, en el Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri –CELAUP de la Universidad Metropolitana, con la participación de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos, hemos organizado un Foro que, con el título de LA VIOLENTA DÉCADA DE LOS AÑOS 60 EN VENEZUELA se va a realizar el día miércoles 26, a partir de las 10 am. en el auditorio MANOA de la universidad y contará con la participación como foristas de Américo Martin, Andrés Caldera Pietri y Guillermo Tell Aveledo. Dicho evento será abierto al público y al final del mismo se va a presentar un libro que recoge que diferentes visiones de esa difícil década que marcó el inicio de nuestra democracia.