Se llama Manuel Christopher Figuera y hasta hace diez meses era el director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional de Venezuela (Sebin). Sin embargo, todo cambió tras la liberación de Leopoldo López el 30 de abril de 2019. Al día siguiente, Nicolás Maduro lo destituyó y le acusó de encabezar la operación para liberar al líder opositor. Dos días después, Figuera decidió huir de Venezuela “por el riesgo que corría”.
Por: Esradio.libertaddigital.com
Así lo ha explicado en esNoticia de esRadio, nueve meses después de su huida, donde ha relatado además que jamás podrá volver a su país porque el “régimen criminal” de Maduro puede encarcelarle o incluso matarle por el simple hecho de no estar de acuerdo con sus ideas.
La influencia de Delcy Rodríguez
Figuera ha contado también que conoce a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez: “Sé de la influencia que ella y su hermano, el ministro de Propaganda, tienen sobre Nicolás Maduro”. Por eso cree que el dictador venezolano la eligió a ella para venir a España en una misión que ha calificado como “más propia de James Bond”.
Cree el exdirector de la Inteligencia venezolana que el objetivo de Delcy Rodríguez viniendo a España era más que claro: “Comprar posiciones políticas con oro y dinero”. Figuera ha explicado que esta técnica ya les ha servido “en países de Ámerica, Asia y África que aún apoyan a Maduro” y que ha servido para asegurarse “abstenciones o posiciones contrarias a la libertad” en la Organización de Estados Americanos (OEA) o en la Organización de Naciones Unidas.
“No puedo decir exactamente lo que llevaban esas maletas pero todo indica a que iban dos insumos con los que ellos trafican: oro y dinero para las embajadas y sus operaciones en Europa. Seguramente llevaban dinero para comprar voluntades y pagar deudas a funcionarios”, ha aseverado indicando además que, aunque el número de maletas que trajo Rodríguez a España será determinado por las autoridades judiciales, sus informadores de dentro del régimen dictatorial de Maduro le indican que transportaron “un número menor” de las cuarenta maletas de las que se habla en la prensa española.
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