Ha transcurrido casi un año desde aquel 7 de marzo de 2019 a las 4:56 p. m. cuando un megapagón en Venezuela afectó todo el territorio nacional y se prolongó hasta por siete días en algunos estados, hecho que desencadenó graves problemas en el sistema de salud, servicio de agua, comercio e industria; hasta saqueos especialmente en el estado Zulia.
La electricidad regresó parcialmente en la capital y algunos estados ya el 12 de marzo; pero en otros como Zulia y Táchira padecieron siete días seguidos sin electricidad. El 14 de marzo ya Venezuela estaba iluminada parcialmente otra vez, aunque la inestabilidad del sistema generó innumerables bajones regionales y nacionales.
Asimismo, se presentó un segundo y tercer apagón en marzo; un cuarto y quinto megapagón en abril y julio respectivamente.
Expertos han asegurado que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) dio señales desde hace más de una década de necesitar mantenimiento, pero por “descuido y desinversión” no se atendió a tiempo.
Según Joe Carrillo, vicepresidente de la Asociación Venezolana de Ingenieros Electricistas, Mecánicos y Profesiones Afines (Aviem), el colapso emitió señales entre 2005 y 2008. “En el año 2007 se agudizó más cuando se crea la Corporación Eléctrica (Corpoelec). El servicio se fue degradando en el tiempo por la falta de mantenimiento oportuno y desinversión”.
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