Este personaje cuya fama trascendió a su tiempo escribía sus predicciones en verso y en un lenguaje metafórico, genérico y críptico a la vez, al punto que las interpretaciones de sus textos varían muchísimo y sus pronósticos pueden adaptarse -generalmente a posteriori de los hechos- a cualquier contingencia.
Por infobae.com
Por lo general sus profecías aluden a catástrofes naturales -como epidemias, terremotos, inundaciones o sequías- o a desastres causados por el hombre: asesinatos, guerras, batallas. Salvo unas pocas, la mayoría no precisa lugares, ni fechas, ni nombres.
Algunas cuartetas habilitan una interpretación más clara, como las que predicen una invasión islámica de Europa: “De la comarca de la Arabia Feliz / nacerá un Maestro de la ley de Mahoma / que viajará a España y conquistará Granada / y luego por mar al pueblo lingüístico” (V-55 ). Pero la mayoría son bastante imprecisas.
Michel de No?tre-Dame, más conocido por su nombre latinizado, Nostradamus, nació en la Provenza francesa en 1503; su familia era de origen judío, pero su bisabuelo se había convertido al cristianismo adoptando el muy católico apellido “Notre-Dame” (Nuestra Señora).
Desde pequeño, el futuro Nostradamus mostró talentos especiales. Ya adulto, estudió medicina en dos universidades de Francia, Aviñón y Montpellier, pero no llegó a obtener el título porque en ambas ocasiones una epidemia -¡justamente!- obligó a cerrar los claustros: primero la peste negra, luego la bubónica.
La peste también se llevó a su primera esposa y a sus dos hijos. Se casará en segundas nupcias en 1547 y tendrá seis hijos con su segunda mujer.
Fue durante esas epidemias que Michel empezó a experimentar con recetas medicinales y a fabricar remedios, pomadas y ungüentos.
Además de la medicina y la alquimia, tenía vocación itinerante. Por mucho tiempo, hizo una vida errante por los caminos de toda Francia y en esas recorridas conoció a otros alquimistas, brujos, curanderos y adivinos. Pero también a médicos y químicos, de los que aprendió algunas artes.
Por ejemplo, el año 1544, lo encuentra en Marsella, cuando la ciudad es castigada por una peste que pudo estudiar en detalle bajo las órdenes del médico Louis Serres. Más tarde intentará, sin demasiado éxito, fabricar un medicamento en base a plantas para prevenir la peste, el gran flagelo de la época.
Escribe un tratado con sus investigaciones sobre el tema y poco después inicia la producción de sus célebres almanaques de predicciones, en los que también incluye consejos médicos y recetas cosméticas a base de plantas. Un adelantado.
Aunque su éxito como curandero no es rotundo, ya empieza a hacerse cierta fama, en parte también gracias a sus almanaques, y es llamado allí donde se producen epidemias.
Durante los años 1547 a 1549, realiza varios viajes por Italia, donde toma contacto con la efervescencia renacentista.
En 1555, ya de regreso en Francia, publica sus famosas Profeci?as, las que le valdrían una fama eterna. Divididas en 10 centurias, son una colección de 942 cuartetas poéticas. La abundancia es directamente proporcional a la probabilidad de aciertos.
Cuando la Iglesia frunció el ceño ante las raras actividades de Nostradamus -apoticario, astrónomo, curandero, adivino-, el médico sin título ya contaba con una poderosísima protectora: Catalina de Médicis, reina consorte de Francia y luego regente, la mujer que, durante el reinado de sus tres hijos siguió moviendo los hilos del poder. Catalina estaba fascinada con Nostradamus, lo instaló en la Corte y apelaba a él como consejero y futurólogo. Y también como médico.
Michel de Notre-Dame murio? a los 63 an?os, en 1566. Con el transcurso del tiempo, su nombre se volvió sinónimo de predicciones y sus textos fueron y siguen siendo objeto de constantes relecturas porque, cada vez que se produce un cataclismo natural o social, alguien vuelve sobre sus profecías en busca de indicios o signos premonitorios.
Desde el ascenso de Hitler al poder hasta el incendio de la catedral de Notre-Dame, pasando por el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, las torres Gemelas, la Segunda Guerra Mundial, etcétera, muchos están convencidos de que todo fue previsto por este singular personaje. El tono críptico de muchos de sus versos habilita estas interpretaciones libres que casi siempre son ex post facto, lo que en cierta forma les quita el carácter de verdaderas predicciones.
La pandemia de coronavirus no ha sido excepción.
Ahora bien, la cuarteta que circula en redes es una fake news, o fake prophecy-, otra de las muchas que, imitando el estilo de Nostradamus, algunos acostumbran a difundir luego de un cataclismo para afirmar un nuevo “acierto” del autor de las Profecías.
El texto falso dice:
Y en el año de los gemelos / surgirá una reina
desde el oriente / que extenderá su plaga
de los seres de la noche / a la tierra de las 7 colinas
transformando en polvo / a los hombres del crepúsculo
para terminar en las sombras de la ruindad
Y la “traducción” sería:
Y en el año de los gemelos (20-20) / surgirá una reina (corona)
desde el oriente (China) / que extenderá su plaga (el virus)
de los seres de la noche (murciélagos) / a la tierra de las 7 colinas (Italia)
transformando en polvo (muerte) / a los hombres del crepúsculo (los ancianos)
para terminar en las sombras de la ruindad (colapso de la economía mundial)
Impresionante… si fuese cierto. Solo que esa cuarteta no es de Nostradamus. Es una falsa cita.
¿Qué dijo realmente Nostradamus sobre el año 2020?
Anunció que un importante rey dejaría la corona. Faltan nueve meses y medio para ver si, por ejemplo, el eterno heredero al trono, el príncipe Carlos, es finalmente coronado y sustituye a su madre, Isabel II.
También predijo muchos incendios y elevadas temperaturas en Europa y terremotos en el Nuevo Mundo cuando Mercurio esté retrógrado en Cáncer (hacia mediados de junio).
Todo eso está por verse.
Nostradamus predijo varias plagas, pero sin precisar fechas. Considerando el tiempo que le tocó vivir, en que las epidemias diezmaban a poblaciones enteras, no es extraño que haya imaginado nuevas plagas para tiempos futuros. Tal vez no se hubiera sorprendido tanto como nosotros ante esta pandemia del coronavirus. Pero no llegó a predecirla.