Sobrepasada inicialmente por la amplitud de la propagación de la pandemia del coronavirus, la Fórmula 1 comienza a adaptarse a la situación actual, igual que la MotoGP, que tuvo una reacción algo más rápida ante la crisis.
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La cancelación en el último momento del Gran Premio de Australia, que debía abrir la temporada el 15 de marzo en Melbourne, dejó al descubierto que la Fórmula 1 no vio venir en un primer momento la magnitud del problema.
La MotoGP movió sus fichas un poco más rápido y reorganizó su calendario, aplazando algunas carreras y cancelando otras, como el Gran Premio de Catar, que debía abrir la temporada a principios de este mes y que fue anulado el 1 de marzo, una semana antes de su disputa.
El responsable de la escudería Red Bull, Christian Horner, “no sabía hasta antes del Gran Premio de Australia que algunas regiones de Italia estaban en confinamiento”, lamentó un miembro de otro equipo para ilustrar la falta de preparación ante la pandemia, así como la obstinación de algunos para que arrancara la competición fuera como fuera.
Desde entonces, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y el promotor de la Fórmula 1 (FOM) actúan firmemente y los ocho primeros Grandes Premios de la temporada han sido aplazados o cancelados. La temporada, en este momento, debería empezar el 14 de junio en Canadá.
La Fórmula 1, casi ausente de las redes sociales antes de la llegada a su propiedad del grupo estadounidense Liberty Media en 2016, quiere llevar la iniciativa.
El domingo, día en el que debía haberse disputado el Gran Premio de Baréin, programó una competición virtual, una carrera mediante el videojuego oficial de la F1, que pudo seguirse por internet.
Fue el piloto chino Guanyu Zhou, de la Renault Sport Academy, el ganador de esa ‘cibercarrera’, frente a varios de los pilotos titulares de la Fórmula 1, que saciaron así su sed de competir, aunque fuera a través de una pantalla.
El parón de mitad de temporada, que suele ser en agosto, fue avanzado varios meses, con el objetivo de liberar fechas útiles por si el campeonato puede reanudarse. La temporada podría incluso extenderse hasta diciembre.
Este año, la temporada de Fórmula 1 iba a tener paradójicamente un número récord de Grandes Premios, con 22.
El reglamento contempla que debe haber al menos ocho Grandes Premios con un mínimo de doce monoplazas en la salida para que el campeonato se considere válido.
– Pilotos en el sofá –
Por su parte, el panorama en la MotoGP no se presenta mejor.
La temporada debería en principio empezar en Jerez (España) el 3 de mayo, pero existen grandes amenazas de aplazamiento sobre esta carrera y sobre la siguiente, el Gran Premio de Francia en Le Mans el 17 de mayo.
“Después de los cambios que hemos anunciado ya debemos ahora adaptarnos a todos los detalles de la evolución de la pandemia y a las decisiones de los gobiernos, con el objetivo de mantener el máximo de carreras”, subrayó Carmelo Ezpeleta, el máximo dirigente de Dorna, la promotora de MotoGP.
Con una oleada de cancelaciones, los pilotos se impacientan.
El francés Fabio Quartararo, que vive en Niza, compartió su desasosiego a través de Twitter: “Día no sé cuántos, me vuelvo loco pero me quedo en casa”, añadiendo una fotografía suya vestido de cuero y con un casco en la cabeza… pero sentado en su sofá.
El Mundial de Rallies (WRC) se vio por su parte obligado a acortar un día el Rally de México, disputado a principios de mes. El de Argentina, programado para finales de abril, fue aplazado y el próximo que está previsto es el de Portugal, a finales de mayo.
En el caso de las competiciones de automovilismo de resistencia (WEC), su prueba emblema, las 24 Horas de Le Mans, fue aplazada por primera vez desde 1968 y reprogramada para mediados de septiembre.
En el caso de las pruebas de motociclismo de resistencia (EWC), las 24 Horas de Le Mans de esta disciplina también se retrasaron y tendrán lugar a finales de agosto.
Con información de AFP