La pandemia avanza en un mundo cada día más confinado por el coronavirus

La pandemia avanza en un mundo cada día más confinado por el coronavirus

Los trabajadores médicos en trajes de protección revisan un documento mientras tratan a pacientes que padecen la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en una unidad de cuidados intensivos en el hospital Casalpalocco, un hospital en Roma que se ha dedicado a tratar casos de la enfermedad, Italia, 24 de marzo. , 2020. REUTERS / Guglielmo Mangiapane

 

La lista de países que deciden confinar a sus ciudadanos crece cada día, el último de ellos fue el Reino Unido, pero pese a haber más de 1.800 millones de personas en el mundo sometidas a una gigantesca cuarentena, la pandemia del coronavirus sigue matando y avanzando de forma inexorable.

“A partir de esta noche debo dar a los británicos una instrucción muy simple: deben quedarse en casa”, anunció el primer ministro, Boris Johnson, confinando al país al menos tres semanas para frenar el coronavirus, que provocó en el Reino Unido 335 muertos y 6.650 casos confirmados, aunque los posibles infectados se estiman en al menos 55.000.





La pandemia “se acelera” de manera “desgarradora”, pero se puede “cambiar su trayectoria”, dijo el lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS), pidiendo más pruebas de diagnóstico y más cuarentenas para ponerle freno.

El nuevo coronavirus ha provocado más de 16.000 muertes en el mundo desde que surgió en diciembre en China, más de 10.000 de ellas en Europa, según los cálculos realizados por la AFP basándose en cifras oficiales.

Además, más de 360.000 personas se han contagiado, según los casos diagnosticados, aunque la cifra real es sin duda mucho más alta.

La pandemia no conoce fronteras. Al otro lado del Atlántico el balance ha aumentado en Estados Unidos y la preocupación es grande en Nueva York, cuyo alcalde, Bill de Blasio, pidió urgentemente “centenares de respiradores” y “millones de máscaras”.

Estados Unidos, volverá a abrirse “muy pronto” al mundo de los negocios, afirmó sin embargo el presidente Donald Trump el lunes por la noche. “Mucho antes de tres o cuatro meses como alguien ha sugerido. Mucho antes. No podemos dejar que el remedio sea peor que el problema”.

Después de haber restado importancia a la amenaza, Trump se presentó como el presidente unificador de un país “en guerra” y ahora multiplica los mensajes ambiguos. Sus últimas declaraciones parecen encaminadas a detener el viento de pesimismo que sopla sobre la economía estadounidense y mundial.

Pese al aumento de casos -573 muertos y 41.000 infectados- los demócratas y republicanos no lograron ponerse de acuerdo en un plan de estímulos y aunque la Reserva Federal (Fed) anunció el lunes ayudas masivas a empresas, los mercados mundiales permanecieron insensibles: el Dow Jones y las bolsas europeas cayeron.

El martes, por el contrario, la bolsa de de Hong Kong abrió con una subida de más del 3%, y los precios del petróleo progresaban en los mercados asiáticos.

Con 6.000 muertes, Italia es un espejo donde nadie quiere mirarse. Se registraron 600 muertos en las últimas 24 horas, un balance desolador, pero inferior a los registrados el sábado y el domingo. El país se aferra a estos datos y quiere creer que puede ser el inicio del retroceso de la pandemia.

“Todavía no es el momento de cantar victoria, pero vemos una luz al final del túnel”, comentó Giulio Gallera, responsable de Salud en el gobierno regional de Lombardía (norte).

– Una pista de hielo convertida en morgue –

En Italia, en Francia y en otros países del mundo se han decretado medidas más estrictas para el confinamiento de la población, con el convencimiento de que son el mejor antídoto contra la pandemia.

A quienes no respetan las restricciones se les amonesta, se les multa y en algunos países se les lleva a la cárcel.

“Ya basta”, lanzó el primer ministro canadiense, indignado por la falta de civismo de algunos de sus compatriotas.

Lo mismo ocurría en Bolivia, donde las autoridades mostraban su preocupación al ver que los ciudadanos seguían saliendo a la calle casi normalmente pese a la cuarentena decretada.

“Si los bolivianos no tomamos en serio esto, no nos va a matar el virus, nos va a matar la estupidez”, dijo el ministro boliviano de Obras Públicas, Iván Arias.

En España, segundo país más afectado en Europa por la COVID-19 después de Italia, la epidemia no retrocede y el número de muertos ya supera los 2.000. De ese total, 462 se registraron en las últimas 24 horas, el día más mortífero desde que comenzó la epidemia. El gobierno repite que los días más duros están por venir.

Las autoridades convirtieron una pista de hielo de un centro comercial en Madrid en morgue para almacenar cuerpos de fallecidos a causa del coronavirus. Por otra parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que el ejército había encontrado en residencias de ancianos “a mayores absolutamente abandonados, cuando no muertos en sus camas”.

– “Silencien las armas” –

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lanzó un llamado “a un alto el fuego inmediato y global” para preservar a los civiles de los países en conflicto ante la pandemia por coronavirus.

Siria reportó su primer caso de la COVID-19, en un país que ya ha sufrido 10 años de guerra, y se han notificado contagios en otros lugares conflictivos como República Democrática del Congo y Afganistán.

Uno a uno, los Estados parecen rendirse a la evidencia: esta crisis sanitaria será larga y la primera vacuna, según los grandes grupos farmacéuticos, no estará disponible antes de 12 o 18 meses.

Mientras tanto, el remedio más eficaz parece ser lavarse las manos con agua y jabón y mantener la distancia con los demás, dos requisitos complicados en los lugares más pobres del mundo.

“Nos dicen que tenemos que lavarnos las manos todo el tiempo, pero ¿cómo podemos hacerlo si el agua corriente se corta todo el tiempo?”, se preguntaba Vania Ribero, responsable de una asociación en una favela de Rio de Janeiro.

En Africa, otra fuente de preocupación para los expertos sanitarios, la pandemia aún no ha causado estragos, pero cada día más países anuncian casos o muertes por coronavirus. El lunes, Sudáfrica decretó tres semanas de confinamiento y países como Senegal o Costa de Marfil impusieron un toque de queda y declararon el estado de emergencia.

En China, para prevenir una segunda oleada de contagios por casos “importados” (74 el martes de 78), los pasajeros de vuelos internacionales con destino a Pekín tendrán que hacer una escala previa en otra ciudad china para someterse a exámenes.

– Cuarentenas y toques de queda en América Latina –

En América Latina, donde hay 4.900 infectados y 65 muertos, según datos de la AFP, muchos países impusieron severas restricciones a la circulación. Cuba decidió aislar a todos los turistas en sus hoteles y México anunció el cierre a partir del lunes de museos, teatros, cines y zonas arqueológicas.

Uruguay y Brasil acordaron cerrar sus pasos terrestres durante al menos 30 días y Chile empezó a aplicar toque de queda nocturno, sumándose a medidas similares en Bolivia, Perú y Ecuador.

En Venezuela, la lucha contra la pandemia se convirtió en una batalla política y el presidente Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó se enfrentaron por las cifras de contagiados en el país.

Este lunes, la Unión Europea dio el visto bueno para suspender las reglas de disciplina presupuestaria para permitir a los gobiernos aumentar el gasto público.

La jefa del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió de que el daño económico del coronavirus podría acarrear una “recesión al menos tan mala” como la de la crisis financiera de 2009.

Por último, la pandemia también podría aplazar los Juegos Olímpicos, previstos en julio en Japón, una posibilidad que, vista la situación, parece un hecho pero que no ha sido aún oficializada por el Comité Olímpico Internacional (COI). AFP