Para muchas personas esto no pasa desapercibido, entendiendo que es una situación anormal y no comparable con el alcance de las acciones de esas fuerzas de seguridad del estado en los últimos tiempos. Sin duda alguna, el trasfondo de este comportamiento es tener a la gente lo más controlada y de cerca que sea posible, además en sus espacios geográficos definidos. Esto podría entenderse, en una situación de cuarentena o aislamiento por riesgo de contagio por un agente biológico mortal, pero, si a esta situación se le agrega, que la población en cuarentena, no tiene alimentos por su inaccesibilidad, no tiene gas doméstico para cocinar, no cuentan sus vehículos con gasolina para trasladarse, el transporte público paralizado, le faltan insumos de limpieza y además totalmente desinformada en lo que respecta a radio y televisión, estaríamos observando una situación que pareciera más bien la conformación de guetos. Sabiendo, que el Gueto, por definición es una zona habitada por personas con una misma condición que se mantienen aisladas por motivos raciales y/o culturales, puesto de moda por los nazis en la segunda guerra mundial.
Al mismo tiempo la estructura de poder en Venezuela ha solicitado al FMI, en una primera oportunidad 5.000 MM de $ y en una segunda oportunidad 1.000 MM de $. Aparentemente la manía de solucionar las cosas a “billetazos”, tipo bono de Lealtad entre otros, no es la lógica de una economía productiva. Hacerle frente a una pandemia; merece años de construir (no destruir) una estructura sanitaria sólida, instituciones reguladoras eficientes y empresas farmacéuticas con alto desempeño. El estado criminal hizo en los últimos 20 años, exactamente lo contrario. Y ahora espera enfrentar esta situación con represión.
Tal calamidad se combate con el conocimiento y la ciencia. El estudio de los virus (virología) es una rama de la microbiología, de la más compleja, riesgosa y costosa. Actualmente cuatro (04) medicamentos o grupos de medicamentos son la primera línea de defensa para controlar los pacientes infectados con el virus CoVID-19 y están siendo probados. Estos son: el a) Remdesivir, b) Ritonavir y Lopinavir, c) Hidroxicloroquina o Cloroquina y Azitromicina, d) Interferón 2b. El Remdesivir desarrollado y sintetizado, para tratar el Ébola, es un antirretroviral del tipo de los análogos de nucleótidos, que está siendo probado para el CoVID-19 y las pruebas clínicas se están desarrollando, siendo para Abril que se tengan resultados de su eficacia contra este virus. El Ritonavir y Lopinavir, son del grupo de antirretrovirales, específicamente los inhibidores de proteasas. El interferón, promocionado en algunos países no tiene una acción antivírica directa, actúa provocando en la célula hospedadora la elaboración de proteínas que inhiben la replicación viral. Los efectos secundarios de los interferones son de los más graves. La Hidroxicloroquina, un antiguo fármaco antimalárico, presenta una alta actividad anti SARS-CoV in vitro. Junto a la Azitromicina, ha resultado efectivo para eliminar el virus CoVID-19 del hospedador humano. La Azitromicina, que es un antibiótico efectivo contra bacterias, se utiliza en combinación con los antirretrovirales para evitar la superinfección. Venezuela ha podido estar a la vanguardia de la batalla contra este virus y cualquier otra enfermedad, sino es porque en los últimos años el saqueo y el rentismo han llevado a la pobreza extrema a la población y a la eliminación de la industria, muy particularmente la farmacéutica.
En estas circunstancias, lo peor es tener que oír y leer a cortesanos del régimen, abiertamente diciendo que es “un golpe a occidente”; que los “agarraron desprevenidos”. Imagínense lo que pude pasarle por la mente entonces a los propios jerarcas. ¿Dónde creen ellos que viven? ¿Acaso van a venir sus patrocinadores orientales a salvarlos?, al final somos los propios venezolanos: los profesionales de la salud tantas veces humillados por la dictadura, los que ahora con valentía atienden a la población.
Los jerarcas socialistas de Venezuela, creen que copiando el modelo Chino han sido exitosos, no se percatan que cuando se paralizó la región china de Wuhan, las otras provincias trabajaban a toda máquina para mantener el apoyo en tal situación. En Venezuela (según reportes oficiales) existen regiones que no presentan casos sospechosos del coronavirus y aun así, no existe la más mínima intención de diferenciarlos, con el propósito de que su productividad apoye las zonas del país que pudieran paralizarse por la “cuarentena”; esto es muy extraño y de hecho lo es. Todo se debe a que el combustible escasea a niveles críticos, superando cualquier esquema de racionamiento. Los estómagos de los seres vivos no se llenan por decreto. Para un país industrializado es inmensamente menos posible paralizarse, que un país donde el gran empleador es el estado, sumado a una gran cantidad de desempleados, más los empleados informales y adicionalmente los que trabajan a destajo, por supuesto que es muy fácil mandar para su casa a la gente; es decir, aplaudir la estrategia de parar un carro, ya con los cauchos espichados y el motor fundido.
En medio de una emergencia, Venezuela no está preparada, no digamos en el sistema de salud, sino en la precariedad de las condiciones físicas, de alimentación y por lo tanto del sistema inmune de la población. Así con toda la desconfianza generada, se habla del pago del Bono Lealtad, se supone para que sufran un poco más pero sin morir, aferrados algunos de ellos a su protector y salvador.
El régimen venezolano al advertir el riesgo, no del virus, sino del estado deplorable y peligroso de las condiciones de salud de la población venezolana; opta por hacer una cuarentena “social y colectiva”; es decir, nadie sale, nadie entra, desde y hacia las regiones. Es evidente su interés de mantener dominada y controlada a Venezuela, sus mecanismos nada inteligentes pero si miserables, los Guetos.