En septiembre de 2018, en un artículo publicado en La Patilla denominado “Con los motores fundidos” señalábamos que: en 2004 con el denominado Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, el régimen anunció los 15 Motores Económicos que entrarían en acción entre 2004 y 2014 y se pudiera “superar la capacidad instalada de 1998”.
Continuábamos señalando en nuestro artículo: “En 2014, sin pena ni gloria, los 15 motores pasaron al olvido y en 2016 el régimen decide sacarlos a flote como parte del Plan de la Patria 2013-2019. Aún desconocemos el costo, pero la efectividad en el crecimiento económico y en la generación de prosperidad anunciados con “bombos y platillos” sabemos que fue nula. El motor agroalimentario es el mejor ejemplo del fracaso de los catorce restantes parapetos ideológicos. Veamos porque. El Motor Agroalimentario siempre marchó en reversa. A partir de 2004 la producción agrícola comenzó a tener altibajos debido al acoso del régimen al sector productivo y en 2008 se inicia una caída considerable que aún no se ha detenido, llegando a niveles críticos en 2017”.
Hasta aquí la cita de nuestro artículo de septiembre de 2018, viene al caso recordar en este momento el escrito publicado en La Patilla y reproducido en otros portales, por la situación que estamos padeciendo los agricultores los ganaderos y los pescadores, a causa de la escasez de los combustibles necesarios para atender nuestra unidades de producción y la faena diaria de la pesca. Pero lo más grave es, que debido a la escasez estamos impedidos de abastecer la demanda de alimentos a toda nuestra población. Los motores que si habían continuado encendidos a pesar del acoso del régimen, en este momento, se han apagado.
Todas las zonas de producción están casi paralizadas por la escasez de combustibles y por la prohibición de la movilización del personal, de los insumos y de la cosecha. Esto está afectando, las labores de riego, control de plagas y enfermedades y de la cosecha de hortalizas y papas. En el sector ganadero impide, el ordeño, así como el traslado de novillos a los frigoríficos y de la leche y productos lácteos a la agroindustria y al consumidor.
Ya falta menos de un mes para el inicio de las lluvias en el occidente del país y con ello el presente ciclo de siembra de cereales y los pocos productores que han podido conseguir semillas, fertilizantes y agroquímicos, no han podido concluir la labor de preparación de la tierra para poder sembrar.
Al sector de la pesca, no le venden gasolina para los peñeros ni gasoil para las embarcaciones. Desde hace mucho tiempo no se les permite a los pescadores mantener una reserva y como el suministro es diario este sector se encuentra paralizado.
La situación planteada por la falta de suministro de combustible y la de no permitir la movilidad de las unidades que transportan la cosecha y la pesca, puede hacer colapsar el suministro de alimentos a la población. Por otra parte, la situación de la población rural es desesperante, ya que las reservas de alimentos manufacturados empiezan a escasear debido también a la falta de transporte.