A casi un mes del aislamiento social decretado, tras la llegada del Covid-19 a Venezuela, hoy los venezolanos estamos viendo la verdaderas consecuencias de todas las expropiaciones, controles y desfalco económico que ha realizado el régimen Chavista-Madurista durante más de 20 años: Un país paralizado que se debate entre el hambre y el virus.
El sector agrícola esta trabajando apenas con el 30% de su capacidad debido a la falta de combustible y la militarización de la vías, esto se resumen en pérdida para el agricultor, pues debe hacer horas de colas para surtir gasolina. En el mejor de los casos que nuestros agricultores tengan acceso a la gasolina será por “palancas” que cobran en divisas, posterior a eso, los agricultores durante su viaje deben pagar también los respectivos “peajes” a los funcionarios; esa también es la razón por la cual los alimentos nacionales han aumentado su valor exponencialmente.
Tras la falta de gasolina en las regiones, para no perder la cosecha nuestros agricultores se han visto en la obligación de dárselas al ganado.
Si algo ha quedado claro durante estas semanas es que la cuarentena sin mecanismos de protección para la ciudadanía no es más que una condena al hambre y la miseria generalizada; contener la pandemia no se limita a encerrar a un país entero en sus casas y aplicar la ley del “sálvese quien pueda” ¿Qué comerán las personas durante el confinamiento? ¿Cómo garantizar los servicios básicos a todo un país? En caso de enfermarse ¿Contamos con hospitales capacitados para los tratamientos adecuados? ¿Cómo garantizar que los estudiantes puedan culminar sus clases? Con un sistema de internet que a duras penas funciona. Lejos de dar respuestas, Maduro y su régimen usurpador nos hunden en la incertidumbre y la desesperación.
Como era de esperarse, ya el país empieza a mostrar los síntomas de la mala gestión de esta pandemia: El dólar en un alza indetenible producto de todo el dinero inorgánico con el que Maduro ha intentado paliar la crisis que ellos mismos generaron y siguen agudizando, nuestros campos están paralizado casi en su totalidad, el 90% del país esta sin gasolina (…) Es evidente que el socialismo, es una pandemia dentro de la pandemia, será mucho más letal que el propio coronavirus, especialmente si la cuarentena se llegase a extender.
Venezuela necesita respuestas, necesita soluciones reales para atender la pandemia y esto sólo es posible en libertad; luchar contra la dictadura también es luchar contra la pandemia, pues sólo en libertad podremos recuperar el aparato productor y sanitario para salvar nuestro país.
Hoy, más que nunca, debemos redoblar nuestro compromiso para liberar el país de las mafias y el terrorismo, de los guisos millonarios que han hecho los usurpadores costillas de la vida de los venezolanos, tal y como hacen ahora que utilizan el virus como otro vil elemento de control social.