La pandemia ha servido a las autoridades de medio mundo para restringir derechos y libertades mediante decretos de emergencia, alarma o excepción para frenar la propagación del coronavirus. Sin embargo, en Europa, Asia o América Latina algunos gobernantes están aprovechando la coyuntura para aferrarse al poder y acallar a sus oponentes. Parece que todo se resume en el refrán que dice: “El que no cuida lo que tiene a pedir se queda”.
Por: Juan Francisco Alonso / La Gran Aldea
“La libertad no está a más de una generación de extinguirse. No se la transmitimos a nuestros hijos a través de la sangre. Debemos luchar, protegerla y entregársela a ellos para que hagan lo mismo”. Esta frase del fallecido presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, cobra especial relevancia en los actuales tiempos, en los que la pandemia del Covid-19 le ha ofrecido a determinados gobernantes la ocasión perfecta para golpear a los sistemas democráticos al sumarse a la ola de restricciones de derechos y libertades que recorren el globo, en un intento por frenar la propagación del coronavirus.
Así, por ejemplo este mismo mes el primer ministro húngaro Víktor Orbán, escudándose en la enfermedad, utilizó su mayoría en el Parlamento para que esa instancia le otorgara “poderes extraordinarios” por tiempo indefinido y sin control de ningún tipo. Nada más recibir sus nuevas prerrogativas el mandatario ultraconservador aprobó una ley que castiga con hasta 5 años de cárcel a quien difunda noticias “falsas” y cree “alarma” con el virus; pero además aprobó otro instrumento que suspende la celebración de cualquier elección mientras esta crisis persista; es decir, cuando Orbán lo considere.
En la vecina Polonia, por su parte, el Gobierno pretende celebrar elecciones presidenciales el próximo 10 de mayo, así sea por correo, algo que ha alarmado a la Unión Europea (UE), la cual lo considera como un intento del gobernante partido conservador Ley y Justicia de aferrarse al poder. Sin embargo, vista la reacción internacional en Varsovia ahora barajan aplazar los comicios por dos años y extender así el período del actual mandatario.
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