Trump quiere poner en marcha EEUU: ¿Qué se puede esperar?

Trump quiere poner en marcha EEUU: ¿Qué se puede esperar?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una sesión informativa diaria sobre el coronavirus en la Casa Blanca. Foto: REUTERS/Tom Brenner, 02/04/2020, Washington (EEUU).

 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere poner en marcha el país, golpeado por la pandemia de la COVID-19, pero su plan para reanudar la actividad no establece un cronograma concreto. ¿Qué se puede esperar en la primera economía del mundo?

Un proceso lento y desigual

En las últimas cuatro semanas, más de nueve de cada diez habitantes de Estados Unidos han sido llamados por las autoridades a permanecer en sus casas para contener la propagación del nuevo coronavirus, declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo.





La cancelación de actividades llevó a una paralización económica que provocó la pérdida de 22 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos y empujó al país a la peor recesión desde la Gran Depresión de 1929.

Trump, que buscará la reelección en noviembre, soñaba con una masiva y generalizada reapertura para Pascuas. Pero las directivas anunciadas por la Casa Blanca el jueves dejan claro que el regreso a la cotidianeidad será lento, cauteloso y diferente para cada región.

No será el gobierno federal, sino cada uno de los 50 estados los que decidan cuándo y cómo permitirán poner fin al confinamiento de la población y reabrir empresas, tiendas, restaurantes y escuelas.

Estado por estado

En 29 estados donde el impacto del virus no ha sido tan fuerte se podrían levantar las restricciones “relativamente pronto”, e incluso “literalmente mañana”, dijo Trump. Entre ellos mencionó a Montana, Wyoming, y Dakota del Norte, predominantemente rurales y alejados de los grandes centros urbanos.

En la región industrial de los Grandes Lagos, más afectada, varios estados prevén reaperturas parciales en dos semanas. En Michigan, la gobernadora dijo que espera “avanzar algunos pasos el 1 de mayo”.

No es el caso de Nueva York, epicentro del brote de la COVID-19 en Estados Unidos con 15.000 muertos, casi la mitad de todas las víctimas, donde la orden de confinamiento se extendió hasta el 15 de mayo.

Tampoco está lista la capital federal Washington DC, cuya zona metropolitana incluye a los estados de Maryland y Virginia, que espera un “pico” de contagios la semana próxima y anunció que las escuelas no volverán a abrir por lo que queda del año lectivo.

En Florida algunas playas podrán visitarse durante unas horas a partir del viernes, mientras que en California los restaurantes podrían abrir sus puertas, pero con meseros con guantes y mascarillas.

En el estado de Washington, donde se inició el brote en enero, el gigante aeroespacial Boeing se convertirá en la primera gran corporación en volver al trabajo.

El peso de la política

En un año electoral atípico, la política también jugará su parte. Los estados gobernados por republicanos afines a Trump puede que reinicien la actividad normal antes que los dirigidos por los demócratas en la oposición.

Estos días, un movimiento cercano a la base de derecha de Trump surgió con reclamos de acabar con las cuarentenas y volver al trabajo. En automóviles obstruyendo las calles y a veces armados con rifles, manifestantes protagonizaron protestas en diversos estados, como Virginia, Michigan, Minnesota, Carolina del Sur, Kentucky y Ohio. Iniciativas similares han sido convocadas para el sábado en Concord (New Hampshire) y Austin (Texas).

Trump pareció tomar partido por ellos el viernes, al escribir en mayúsculas “LIBÉRATE” en tuits dirigidos a Virginia, Michigan, Minnesota, tres estados gobernados por los demócratas y que pueden ser claves para definir quién ganará las presidenciales del 3 de noviembre.

Sin embargo, encuestas mostraron que la gran mayoría de los estadounidenses prefiere esperar para reabrir la economía, más allá de lo que digan las autoridades.

Los asesores médicos temen que una flexibización prematura de las restricciones permita un resurgimiento del virus, lo que provocará un daño económico aún mayor.

Casi 3.000 personas murieron en las últimas 24 horas por COVID-19 en Estados Unidos, que registró su primer deceso vinculado al virus a fines de febrero, según un balance de AFP a las 19H00 GMT que cifró en 34.575 el total de muertos y en 683.786 los casos confirmados en el país.

La “nueva normalidad”

Hay varias zonas grises en las directivas de la Casa Blanca, pero algo es seguro: habrá una “nueva normalidad”, con órdenes de distanciamiento social en lugares públicos y restricción de las aglomeraciones por un tiempo.

¿Cuándo se podrá viajar?

Según las pautas, se deberán minimizar viajes no esenciales en las zonas más problemáticas, pero no se establece cómo se procederá con los traslados entre estados, que podrían provocar nuevos focos infecciosos.

Tampoco está claro cuándo y cómo se podrá viajar al extranjero.

Por eso, expertos aseguran que seguirá siendo clave la realización masiva de pruebas diagnósticas y el rastreo de contactos de los contagiados.

AFP