La situación es de pronósticos reservados. La falta de gasolina complica la sustentabilidad del régimen. El disgusto que genera es monumental. Hemos presenciado en las colas gente que sufre, se sale de sus cabales y arremete contra todo lo que está a su alrededor. Sin combustible, la vida se hace muy difícil. Los productores del campo pierden las cosechas. Sus productos no tienen cómo llegar. La parálisis se hace general. Como en Cuba, cada vez empezaremos a ver más bicicletas en las calles, también más gente desplazándose a pie.
En las bombas de gasolina, se arman unas colas desde la tarde anterior. Hemos visto gente por días durmiendo en sus carros, que no han podido equipar. Se privilegia a los militares, las policías, los funcionarios y a todo aquel que consigue un salvoconducto gubernamental. Eso de que todos somos iguales frente a la ley ha quedado atrás.
Los precios también se han disparado, junto al dólar. Hace semanas se estabilizó la cotización, por un tiempo, en 75.000 bolívares por dólar, pero en los últimos días, hasta el oficial sobrepasa los 125.000 bolívares y el paralelo llega a los 175.000.
A la ausencia de gasolina, la depreciación del bolívar y la hiperinflación, se suma el drama del Covid-19. En un país donde la economía informal y el trabajo está ligado a lo que se gana cada día, la hambruna es una realidad. Los dos factores de contención del colapso total tenían que ver con la gasolina y los CLAP. Uno se les desarticuló y el de las bolsas de comida se va reduciendo a su mínima expresión.
Lo que no entendemos es por qué el gobierno de Maduro no se da cuenta de la realidad y negocia sobre la última propuesta presentada por los EE.UU.. Ante una inminente catástrofe humanitaria de gigantescas magnitudes, el plan de un Consejo de Estado con dos miembros del equipo de Guaidó y el mismo número del oficialismo, resulta equilibrado, mientras avanzamos hacia una consulta electoral en el plazo máximo de un año. Guaidó ha dicho que está dispuesto a apartarse para que se conforme un gobierno de emergencia y salvación nacional. ¿Qué va a esperar Maduro? Después de más de 20 años de desgobierno es hora de volver al artículo seis de la Constitución. Necesitamos un gobierno democrático, alternativo, electivo y de mandatos revocables. Al régimen le será peor no aceptarlo.
@OscarArnal