Cito a continuación un intercambio por Whatsapp entre mi primo Pedro Elías Hernández (PEH) y yo (VM) a propósito de mi artículo reciente El Virus de la Corona (https://www.elnacional.com/opinion/el-virus-de-la-corona/). En esencia, ese artículo recogía mi percepción de que hay una profunda asimetría entre la responsabilidad del régimen, el del progenitor Chávez y el del heredero Maduro, y la de la resistencia democrática en provocar la ruinosa situación que vive Venezuela y no abrir canales para resolverla.
De seguidas el intercambio entre PHE y VM:
PEH: Este artículo es muy polémico primo. Es polarizado y desde luego confronta. Parte de un supuesto equivocado, a mi juicio, no es un régimen del mal lo que enfrentamos, sino una revolución socialista en el poder. Esa es la clave de la equivocación original opositora. Del artículo resalta algo importante. La idea cierta que pandemia pone al gobierno en su elemento: asediado, victimizado y con manga ancha para profundizar el control sobre la gente. Un abrazo primo
VM: Puede ser … en realidad estoy de acuerdo con lo que escribes, excepto por supuesto en calificar al régimen maduro como una revolución socialista en el poder. Yo ya sé que tú estás desencantado del socialismo hace mucho tiempo pero no le concedo al régimen, que es esencialmente un estado fallido criminal con tentaciones abiertamente totalitarias el beneficio de ser un proyecto ideológico socialista. Quizás al comienzo hubo algo de eso, pero hace mucho que no queda nada de ese empuje inicial.
PEH: Entiendo tu punto primo. Pero sin ironía pienso, como decía Oscar Wilde, que la diferencia entre un amor apasionado y un capricho es que el capricho tiene mayor intensidad y dura más, igualmente , una revolución socialista en el poder es mucho más terrible que un Estado fallido. Es mas pernicioso y dura más.
VM: Te entiendo. Pero insisto en que darle credibilidad ideológica a lo que esencialmente se ha tornado en un estado mafioso es un regalo que se le hace a esta gente y que les permite exhibirse en el estrado internacional con un ropaje que no les viene. Si estaría de acuerdo con algo así como una revolución socialista devenida estado criminal. Es un concepto híbrido que a lo mejor analizo en un próximo artículo !!
PEH: Seria bueno que escribieras sobre el tema primo. Yo escribí el año pasado en Informe 21 sobre ese tópico.
Así que decidí escribir sobre el tema no solamente para cumplir con la solicitud del primo, sino porque considero que detrás de nuestro fraternal intercambio hay una interrogante importante sobre los efectos que tiene la caracterización del régimen chavista, tanto en el ámbito internacional como entre los venezolanos. Al interior de Venezuela sigue existiendo eso que se ha dado en llamar el chavismo disidente, gente que estuvo muy ligada al gobierno de Chávez, Elías Jaua, Luis Fuenmayor, Víctor Álvarez, Jorge Giordani, Héctor Navarro y Nicmer Evans, por citar a algunos, y que ahora está enfrentada a Maduro. Ese grupo sigue defendiendo que había un planteamiento ideológico de fondo, que se recogía en la idea del Socialismo del Siglo XXI, y que Maduro traicionó las ideas de Chávez. La verdad del asunto es que cada acto de corrupción y de destrucción del país que Maduro y su logia de la decadencia han avanzado, tiene un claro antecedente en políticas y acciones que comenzaron en el gobierno de Chávez. Existe pues un interés político importante en desmontar la tramoya de que Chávez quería el “buen socialismo” para su pueblo que fue distorsionado y traicionado por Maduro. Hay que repetirle a los venezolanos hasta el cansancio, que el proyecto original que usaba la palabra “socialista” como perversa ancla de enganche, terminó por convertirse en un proyecto de acción totalitario y fascistoide. En cuanto a la reconstrucción de Venezuela se refiere la única consideración importante es si el chavismo disidente está dispuesto a participar en la reparación del tejido democrático del país. En este contexto, es también fundamental tener en cuenta a la gente, el ciudadano común que no se ha corrompido, que se sintió reconocida en el falso mensaje de Chávez, y que aún hoy mantiene la esperanza de un futuro luminoso después de la hecatombe. Con ellos también hay trabajar para desmontar la ilusión de la legitimidad ideológica.
Hay otro punto crucial en esta discusión: yo desde hace mucho tiempo he denunciado el engaño monumental del comunismo. Cosa que tuvo un costo interno para alguien que viene de una familia donde las ideas comunistas llegaron con el padre. El tema del socialismo requiere un análisis más detallado porque la socialdemocracia europea, sobre todo la escandinava, ha avanzado ideas donde se conjuga el capitalismo con la responsabilidad social del gobierno. No hay espacio aquí para entrar en detalle. Lo importante es entender que bajo ningún respecto se le puede otorgar carta de identidad socialdemócrata al nefasto proyecto chavista-madurista porque con ello se le hace un favor. Esta distorsión está en la raíz de porque muchos venezolanos en la diáspora en los Estados Unidos, cometen el imperdonable error de tachar a los demócratas en su conjunto de socialistas y comunistas. No es tampoco casualidad que el chavismo obtuviera un apoyo importante en Francia, España, Italia y otros países europeos donde avanzó la idea de una suerte de versión antropológica de la política, según la cual los venezolanos necesitábamos a alguien como Chávez para corregir la desigualdad social y económica que presuntamente caracterizaba a nuestro país. Es decir lo que para esos países habría resultado inaceptable, un tipo como Chávez en el poder, era a lo más que podíamos aspirar los atrasados venezolanos. Un ejemplo especialmente doloroso de esto fue lo conducta proxeneta de miembros de Podemos en España, que literalmente se chulearon millones de euros entregados por el gobierno de Chávez.
Finalmente, es importante atacar todo vestigio de fundamentación ideológica remanente en la acción de lo que para todos los efectos es un régimen criminal, el paraíso de los acuerdos entre la casta gobernante militar-cívica y todo un entramado, extensamente denunciado, de conexiones con la guerrilla colombiana, el narcotráfico y potencias foráneas. Desde ese punto de vista, llamar al régimen “una revolución socialista en el poder” es equivalente a llamar al gobierno nazi de 1939, una “revolución nacional socialista en el poder”, luego de que se revelara ante el mundo, y ante los propios alemanes que apoyaron inicialmente con gran entusiasmo a Hitler, la verdadera dimensión del nazismo. Tanto el régimen chavista como el nazismo se convirtieron en regímenes del mal, tanto en su sentido bíblico como en otro muy práctico de transformarse en ejercicios totalitarios que destruyen todo lo que es bueno y necesario para que los humanos prosperen. Si no, preguntemos a los venezolanos en pánico en un país arrasado y enfrentados a la pandemia.
Vladimiro Mujica