La epidemia de nuevo coronavirus dio un vuelco a las tradiciones funerarias en Italia. “Sellamos el ataúd de inmediato, en la misma morgue del hospital”, explica Gianpiero Palmero, propietario de una agencia de pompas fúnebres en Revello.
“Ahora vivimos realmente una situación particular” con esta pandemia que causó más de 26.000 muertos en la península.
Los funerales en Italia están reducidos a unos pocos familiares, los más cercanos, y a un cura.
“Es mucho más difícil en el aspecto emocional pues ya no hay funerales normales”, cuenta Palmero, cuya familia posee la agencia de pompas fúnebres desde finales del siglo XIX en este pequeño pueblo del noroeste de Italia, cerca de la frontera con Francia.
Reconoce que “en este momento hay más demanda de nuestros servicios”.
“En el hospital recogemos el cuerpo directamente en la morgue, ya envuelto en una mortaja, y lo metemos en el ataúd que sellamos de inmediato”, explica Palmero, que precisa todas las medidas de precaución que toma, guantes y mascarillas ante todo.
Para la capilla ardiente, se toman las mismas prevenciones además del distanciamiento social. Las personas entran una a una para dar el último adiós al difunto.
El gobierno contempla a partir del 4 de mayo, fecha prevista para comenzar el desconfinamiento, permitir más personas en las exequias, aunque sin autorizar cortejos fúnebres de decenas de personas.
AFP