Decenas de personas se agolpan en la entrada del estadio de los Marlins, el equipo de béisbol de Miami. No esperan para recoger un boleto o una camiseta firmada por un jugador, sino que muchos llevan varias horas para recibir una cesta de comida.
Por: Antoni Belchi // VOA
Muchos en el sur de la Florida, como en otras partes de Estados Unidos, trabajan en el sector servicios y viven prácticamente al día. La irrupción de esta crisis sanitaria ha causado grandes estragos en muchos residentes, por lo que este tipo de iniciativas suponen una gran ayuda para estas familias.
Para paliar esta situación, en Miami se ha impulsado un plan solidario para lo más necesitados. Sin embargo, no es para todos. Desde que empezó la crisis y se llevaron a cabo este tipo de eventos, las autoridades requirieron que las personas debían acudir en vehículo ya que, de lo contrario, no se les podría hacer entrega de las cestas de comida.
María, una centroamericana residente en el barrio de la Pequeña Habana, ha venido con su carrito de la compra. No la dejan acceder al recinto porque no cumple con los requisitos: “No tengo carro”.
“Nosotros no tenemos carro ni nada. Somos muy pobres y no tenemos ni trabajo. Necesito comida porque no tengo nada, ¿Cómo lo voy a hacer?”, suplicaba la mujer en declaraciones a la Voz de América.
“Si no tienen automóvil, no se les va a dar comida”
Un agente de policía ya lo anuncia: “No se le va a dar comida a gente que no estén en carros por la distancia que hay que mantener, así que si no tienen carro o un familiar que les pueda traer en un carro, solamente les puedo decir que no van a recibir la comida”.
Es la política implementada por el gobierno local. El alcalde de la ciudad, Francis Suárez, explicó a la VOA que lo hacen por motivos de seguridad para evitar que haya más personas expuestas al contagio y se sumen más infectados a la lista.
“Tengo dos niños que mantener, soy madre soltera, todos estamos en una situación muy crítica con esta enfermedad”, relataba María Jumbo, otra centroamericana.
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