Las autoridades yemeníes declararon el lunes a Adén, sede interina del Gobierno respaldado por Arabia Saudí, como ciudad “infectada” después de que el número de casos de coronavirus aumentara a 35, con cuatro muertes.
La guerra que se ha venido librando durante los últimos cinco años ha destrozado el sistema de salud de Yemen, ha llevado a millones de personas al borde de la hambruna y ha dividido al país entre el Gobierno internacionalmente reconocido y el grupo hutí que lo expulsó del poder en la capital, Saná, a finales de 2014.
La comisión nacional para el coronavirus, con sede en Adén, anunció el domingo 17 nuevos casos de COVID-19, 10 de ellos en esta ciudad portuaria situada en el sur del país, elevando la cifra total en áreas bajo el control del Gobierno respaldado por Arabia Saudí a 51, con ocho muertes.
El movimiento hutí, que controla Saná y la mayoría de los grandes centros urbanos, solo han registrado dos casos, con una muerte. El Gobierno con sede en Adén acusó a las autoridades huitíes de encubrir el brote en Saná, acusación que estas rechazan.
La Organización Mundial de la Salud dice que el virus se está transmitiendo en Yemen, cuya población tiene algunos de los niveles más bajos de inmunidad a las enfermedades en comparación con otros países. Reuters