Se espera que la ciudad de Nueva York supere un hito sombrío de 20,000 muertes en las próximas 48 horas, casi una cuarta parte de las vidas que el virus ha cobrado en Estados Unidos, ya que el alcance trágico de la pandemia nunca se puede entender completamente.
A falta de dos días para que la orden “PAUSA” del gobernador Andrew Cuomo se levante en Nueva York, y dos días antes de que expire el cierre de Nueva Jersey, las personas se están permitiendo tentativamente pensar en un mundo posterior a la crisis.
Al mismo tiempo, colectivamente se han grabado otras imágenes tenebrosas en nuestras mentes en los últimos dos meses: morgues improvisadas ??fuera de los hospitales de la ciudad de Nueva York; camiones refrigerados de U-Haul afuera de las funerarias; las caras de las enfermeras impresas por las marcas de las bandas de máscara mucho después de quitárselas. Una última mirada a los seres queridos a través de una lente virtual, un extraño sustento en sus manos hasta que fallecen.
En todo el área metropolitana, se ordenó que las banderas se izaran a media asta indefinidamente, un homenaje sombrío a las vidas que el virus ha tomado y las que tomará.
En los últimos dos meses, el estado de Nueva York ha confirmado 21,835 muertes por virus. Ha promediado aproximadamente 358 muertes por día desde que informó por primera vez el 14 de marzo, aunque los números diarios de esta semana han caído por debajo de 200. La ciudad de Nueva York informa otras 5,136 muertes probables de virus además de las 14,800 confirmadas por el estado; combinados, esos recuentos alcanzan una trágica cifra de 19,936 en la ciudad de Nueva York.
Incluso eso puede no capturar completamente el alcance de la tragedia de la pandemia en la ciudad de Nueva York. Un nuevo informe de los CDC encuentra que 5,293 muertes adicionales “en exceso” en la ciudad de Nueva York no están categorizadas como confirmadas o probables por COVID-19, pero posiblemente de alguna manera pueden ser atribuibles a ello.
El informe de la agencia destaca la sensación de incertidumbre discordante que tiene a millones de neoyorquinos tan temerosos como ansiosos por reanudar una vida diaria más normal. Este virus ha demostrado ser misteriosamente adaptable, lo que ha afectado incluso a los mejores científicos y expertos en salud del mundo. Hasta cierto punto, Cuomo dice que la incertidumbre ha frenado el progreso. Hay tanto que no sabemos, dice.
Las personas asintomáticas pueden transmitirlo. La inmunidad a los anticuerpos no está probada. El virus no puede evitar en gran medida a los niños, como se creía anteriormente. En cambio, puede manifestarse de una manera mucho más discreta y potencialmente mortal. Alrededor de 100 casos de un nuevo síndrome inflamatorio pediátrico posiblemente relacionado con COVID-19 se han identificado en Nueva York. La mayoría de los casos involucran niños menores de 9 años; al menos tres niños han muerto, dos muertes más están bajo investigación.
Durante meses, Nueva York ha sido el estado más afectado de Estados Unidos, perdiendo una persona cada pocos minutos por el virus. El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, dijo el martes que las tendencias actuales indican que su estado ahora puede ser el más afectado, informando más muertes y casos nuevos por cada 100,000 residentes que en cualquier parte del país. Nueva Jersey ha perdido a 9,508 personas por el virus, más de lo que ha perdido en todas sus guerras combinadas. La cifra de Connecticut es de 3,041 hasta el último informe.
A medida que otros estados comienzan a reabrir, algunos hasta un punto que desafía las pautas de los principales expertos en salud, el Dr. Anthony Fauci, el principal especialista en enfermedades infecciosas de la nación, advirtió el martes a Capitol Hill que tales acciones pueden causar “sufrimiento y muertes” evitables. Esos estados no solo corren el riesgo de perder a su propia gente, sino también de desencadenar un brote que podría descontrolarse y girar en otros lugares.
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