Aníbal Ortiz, oficial de la corte en Harlem (NYC), se vio obligado a amputar parte de su brazo para salvar su vida, una terrible consecuencia que sufrió al contraer COVID-19.
Ortiz, de 53 años, pasó 21 días en el Centro Médico Montefiore luchando contra el coronavirus. Estando hospitalizado, notó que su brazo se decoloraba, pero fue dado de alta. Dos días después, comenzó a sentir un dolor extremo y se apresuró a regresar al hospital.
“Dijeron que tenían que amputarme o moriría”, narró Ortiz resignado. “¿Qué opción tenía?”
Había un coágulo de sangre en su extremidad y por ello los médicos amputaron parte de su brazo izquierdo debajo del codo.
“Esto ha cambiado mi vida y no quiero que le pase a nadie más”, afirmó Ortiz a Pix11.
Un portavoz del hospital Montefiore dijo que no podían proporcionar ninguna información sobre el caso debido a las reglas de privacidad.
Según la portavoz de la Oficina de la Administración de la Corte, Lucian Chalfen, 176 empleados en todo el estado han informado que dieron positivo por COVID-19, sobre una base de 16 mil trabajadores.
Ortiz no sabe cómo se contagió, pero dijo que los tribunales deberían haberse cerrado antes.
“Estuvimos expuestos dos semanas… demasiado”, dijo. “Me preocupa que mis (colegas) vuelvan al trabajo”.
Se siente afortunado de estar vivo, pero dice que todo ha sido una montaña rusa de emociones. “Hace un par de minutos, estaba llorando de ansiedad”, afirmó. “Tengo mucho dolor”.
Dennis Quirk, presidente del Sindicato de Oficiales de la Corte del Estado de Nueva York, dijo que la mayoría de los tribunales ahora están funcionando virtualmente, pero le preocupa que sus colegas sigan trabajando todos los días.
“Hay escasez de máscaras y material de limpieza. No hay un plan en marcha”, se quejó. “Nos han tratado mal”.
Por lo pronto se ha lanzado una campaña de recaudación de fondos para ayudar a Ortiz.