La crisis del agua se ha intensificado durante los últimos días en la ciudad de Caracas, teniendo a sus habitantes en una eterna angustia al no saber qué hacer para abastecer sus hogares.
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Se ha hecho normal ver en las principales avenidas, calles y barriadas a personas caminando con potes y envases para llenarlos de agua potable, ausente desde hace varios meses en muchas entidades, pero que ha trastocado con fuerza al eje central de la nación sudamericana.
Entre las zonas afectadas se encuentran El Valle, Pinto Salinas, Catia, San Bernardino, La Pastora, Mecedores, Ruiz Pineda, Caricuao, Chacaíto, San Martín y San José Cotiza, en donde durante los últimos días se han presentado conatos de protestas.
Una de las alternativas que utilizan estos ciudadanos venezolanos es el pago de camiones cisternas, que pueden estar por encima de los 20 dólares depende de la ubicación en donde se encuentren.
El milagro de la lluvia
También durante las últimas horas y ante los anuncios de posibles lluvias, se han increíblemente intensificado las peticiones religiosas para que esto ocurra, lo que significaría una solución factible para realizar algunas tareas de limpieza en el hogar.
“Rogamos al señor por la lluvia”, exclaman como un grito popular algunas personas en el país.
Hidrocapital desmintió el pasado lunes mediante un comunicado que circulaba por las redes sociales que “era falso que ellos suspendieran el servicio del agua” en varias zonas de la ciudad, sin embargo, cobra menos sentido que tantas parroquias se encuentren en la penumbra arriesgando su salud por este motivo.
El régimen de Nicolás Maduro ordenó una cuarentena radicalizada para contener el Covid-19, pero ha ignorado las denuncias de cientos de miles de ciudadanos que claman parar con este castigo.