El centrocampista Joshua Kimmich, a quien su mentor Pep Guardiola llamaba “mi hijo”, se ha convertido en el motor del Bayern, al margen del gran gol que le marcó al Borussia Dortmund en el clásico alemán que lo tiene ahora en las portadas de los medios deportivos.
Kimmich no marca todas las semanas un gol como el que le hizo al Dortmund, pero en cada partido es uno de los inamovibles del Bayern y uno de los jugadores que más aporta en muchos aspectos.
Ha sido titular en 27 de los 28 partidos de la Bundesliga. Se perdió uno, contra el Hertha, por acumulación de amarillas. Solo en cuatro compromisos ha dejado el campo antes del minuto 90.
“Es un jugador con el que uno como entrenador siempre está satisfecho porque siempre da el 100 por 100”, dijo al termino del partido el entrenador Hansi Flick.
Contra el Dortmund, Kimmich tuvo 104 contactos con la pelota y el 89 por ciento de sus 81 pases llegaron a su destino. Además, ganó el 40 por ciento de los balones divididos que disputó y corrió 13,73 kilómetros, más que cualquier otro jugador en un partido de la actual temporada alemana.
Esos números no son excepcionales en Kimmich. Normalmente es el jugador del Bayern con más contactos con el balón y con más kilómetros recorridos
“Ese chico es capaz de todo. No importa en qué posición juegue, siempre es un jugador de clase mundial”, dijo, antes del parón forzado por la pandemia, el director deportivo Hasan Salihamidzic.
Kimmich llegó al Bayern de Guardiola en 2015, procedente del RB Leipzig que acababa de ascender a la segunda categoría. Cuando su agente le dijo que el Bayern lo quería y que el propio Guardiola había recomendado su fichaje, el jugador le dijo que no hiciera bromas.
Más tarde, en su primer encuentro con Guardiola, Kimmich le preguntó que por qué lo había escogido precisamente a él. “Me dijo lo que le parecía mi manera de jugar, que había situaciones en las que podía mejorar y que creía que podía jugar en posiciones distintas a la del centro del campo”, diría Kimmich mucho después al diario inglés “The Guardian”.
En su primera conferencia de prensa dijo que su modelo era Bastian Schweinsteiger y que su meta era reemplazarlo en su posición en el Bayern.
Hoy, casi cinco años después, Kimmich tiene la posición de Schweinsteiger en el Bayern y en la selección alemana pero desde entonces ha pasado por diversa posiciones.
En su primera temporada, con Guardiola, jugó 23 de los 34 partidos de la Bundesliga, 15 de ellos como titular. Guardiola lo utilizó alternativamente como lateral, como centrocampista y como central.
Una vez, el entonces entrenador del Stuttgart, Alexander Zórniger, que había entrenado e Kimmich como juvenil, se acercó a Guardiola tras un partido contra el Bayern. “Si lo cedéis podemos darle más minutos a Kimmich”, dijo Zörniger.
“Kimmich tiene ese nivel porque tú lo entrenaste, pero es casi mi hijo. Lo siento, pero se queda aquí”, le contestó Guardiola.
Con el sucesor de Guardiola, Carlo Ancelotti, Kimmich no tuvo tan buena fortuna e incluso llegó a barajarse la posibilidad de que el jugador dejase el Bayern para regresar al Leipzig, ya en primera y en la parte alta de la clasificación, o para reencontrarse con Guardiola en el Manchester City
Sin embargo, en 2017, cuando se aproximaba la retirada de Philipp Lahm, el presidente del Consejo Directivo del Bayern fue interrogado sobre lo que le costaría al Bayern fichar un sucesor para la posición de lateral derecho.
“No costará nada. Ya está en el club y se llama Joshua Kimmich”, respondió Rummenigge.
Era una señal para Ancelotti, que, además, no terminó la siguiente temporada y fue relevado por Jupp Heynckes, con quien Kimmich empezó a ser inamovible como la ha sido con sus dos sucesores, Niko Kovac y Hansi Flick.
EFE