El diario El Tiempo, publicó como la fundación Insight Crime, fundación que estudia al crimen organizado, muestra cómo vivían algunos de los narcos colombianos, y algunas de las excentricidades compradas por los mismos.
lapatilla.com
Las cartas de Manuelita Sáenz. Según Juan Pablo Escobar, hijo del narcotraficante Pablo Escobar, “En mi noveno cumpleaños, 1996, recibí un regalo único que, debido a mi inmadurez, no tuvo un gran significado: un cofre con las cartas de amor originales que Manuelita Sáenz le había escrito al libertador Simón Bolívar”.
El Ferrari de alias Rasguño. Se trata del el lujoso deportivo marca Ferrari que cuenta con más de 300 caballos de fuerza y un cilindraje de 3.500 centímetros, en la actualidad luce los colores blanco y verde, distintivos de la Policía Nacional, pues este automóvil pasó a ser una patrulla de la Policía después de ser confiscado. En su momento, fue un coche negro, modelo 1991, que perteneció a la flota de autos deportivos del narcotraficante Luis Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, y está valorado en 250.000 dólares.
La isla de Carlos Lehder. “A mediados de 1978, el narcotraficante (…) compró la mitad del islote Cayo Norman en las Islas Bahamas cerca a la costa sur de la Florida”, sostuvo Eduardo Sáenz Rovner en un artículo publicado en 2011 en la revista Cuadernos de Economía, de la Universidad Nacional. La isla se volvió la cuna del y de los vuelos del Cartel de Medellín en pequeños aviones de Lehder, quien ideó las rutas.
El arma con diamantes de ‘Cuchillo’. El temido jefe criminal Pedro Oliverio Guerrero, conocido como ‘Cuchillo’, resultó muerto tras una acción conjunta de la policía y la fuerza aérea en el sur de Colombia, que se llevó a cabo en el 2010. “El narco Pedro Oliveiro Guerrero nunca abandonó sus dos armas, un cuchillo con el que le quitó la vida a cientos de personas y su pistola enchapada en oro con diamantes incrustados. Esta arma de fuego tuvo sus orígenes en los carteles mexicanos”, relata el periodista Leo Jimenez.
El fusil de asalto de ‘Megateo’. Se trata de un fusil con mira telescópica que cargaba Víctor Ramón Navarro Serrano, alias Megateo, abatido en el 2015 en una operación de la Fuerza Pública en Catatumbo. Estados Unidos ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares por su captura.
Este narcotraficante portaba un fusil M-4, una versión en carabina, desde hacía cinco años. Una fuente de los servicios de inteligencia le dijo a EL TIEMPO que esta sofisticada arma llegó a manos del peligroso mafioso a través de sus contactos del ‘Cartel de Sinaloa’, y se estima que esta arma pudo superar, en su momento, la cifra de los 30.000 dólares.
Para seguir leyendo la nota, pulse aquí.