El Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York declaró el racismo como una crisis de salud pública en medio de las continuas protestas por la brutalidad policial y el racismo sistémico.
Las comunidades negras y marrones enfrentan no solo un impacto desproporcionado del brote de coronavirus, sino también “el trauma de la violencia sancionada por el estado”, tuiteó el lunes el Departamento de Salud e Higiene Mental de Nueva York.
“El asesinato de George Floyd a manos de oficiales de policía es parte del sistema de racismo que permite la brutalidad policial, la policía injusta y el encarcelamiento masivo”, tuiteó el departamento. “El Departamento de Salud e Higiene Mental de Nueva York está comprometido a abordar el racismo estructural dentro de nuestra propia institución y abordar el racismo como un determinante social de la salud como parte de nuestra misión de proteger la salud de los neoyorquinos”.
El Departamento de Salud pidió a otras agencias de la ciudad que aborden el racismo estructural.
“Únase a nosotros en esta posición contra la injusticia para mejorar el servicio a Black, Brown y todos los neoyorquinos”, tuiteó el departamento.
El llamado a la acción del Departamento de Salud se produce después de la muerte de Floyd a manos de la policía de Minneapolis.