Muchos venezolanos se mostraron aliviados por la flexibilización de la cuarentena decidida hace algunas semanas luego de tres meses de medidas estrictas para tratar de frenar al COVID-19, pero los médicos advirtieron de riesgos de un alza de los contagios en el país por su precario sistema de salud.
Nicolás Maduro declaró una cuarentena nacional desde el 17 de marzo para contener la expansión del virus, del cual se han reportado unos 3.386 casos y 28 muertos.
El mandatario dijo el miércoles que se registraron 236 casos de contagio, la cifra diaria más alta desde que se inició el confinamiento. Grupos no gubernamentales y la Universidad Johns Hopkins han expresado dudas sobre el alcance de las pruebas realizadas y las cifras oficiales de Venezuela.
El 1 de junio comenzó a regir un modelo de cinco días de flexibilización por 10 de cuarentena, que cambió a la semana por un sistema de siete días de reclusión por siete de actividades, aunque no para todos los sectores.
“Es como retomar la rutina de uno, dejé la depresión (…) estoy supercontenta”, dijo Yolimar Quintero, una abogada de 47 años, dentro de un gimnasio del este de Caracas, que funciona desde el lunes, pero solamente por cinco horas.
A poca distancia, Natalia Álvarez, una mercadóloga de 38 años, entrenaba con pesas y dijo que era “normal que dé un poquito de miedo”, pero que lo más importante eran las medidas de distanciamiento.
El local, que exige el uso de tapabocas y guantes para ingresar cuando se le toma la temperatura a los usuarios, tenía unas 50 personas en sus amplias salas divididas en dos pisos, según testigos Reuters.
En algunos centros comerciales de la ciudad, sin embargo, los pasillos lucían semivacíos.
Por el aumento en el número de casos del miércoles, Maduro dijo que “se prende una alarma que nos lleva a tomar decisiones nuevas”. Agregó que estudiará “medidas de protección”, que detallará en las próximas horas.
A la red de hospitales del sector público, al menos 300 de los cuales unos 45 fueron escogidos por el gobierno como referentes para tratar a pacientes de COVID-19, le faltan medicinas, equipos médicos y hasta agua corriente, según denuncias de las organizaciones de médicos.
Gremios médicos y especialistas han advertido que, según datos oficiales, en las primeras ocho semanas de la epidemia en Venezuela se reportaban 45 casos por semana, mientras que en las últimas cuatro los casos de contagio se elevaron a 450 por semana y fue allí cuando comenzó la flexibilización.
Con información Reuters