Rusia y Estados Unidos han comenzado este lunes en Viena conversaciones para analizar las posibilidades de salvar el último acuerdo vigente de desarme y control de armas nucleares entre ambas potencias atómicas, llamado “Nuevo START” y que vence el 5 de febrero de 2021.
Las reunión de dos días a puerta cerrada tienen lugar en un palacete de la capital austríaca, en medio del escepticismo de los expertos y organizaciones pacifistas de que se logre la extensión de la vigencia del pacto.
Ni los miembros de la delegación estadounidense, liderada por el emisario especial Marshall Billingslea, ni los de la rusa, encabezada por el viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov, accedieron a hacer declaraciones a la prensa al llegar al lugar del encuentro.
Mientras Washington cuestiona el acuerdo, Moscú presiona por una extensión. El presidente de EE.UU., Donald Trump, había aspirado a que China participe también en las negociaciones, pero Pekín se ha negado a hacerlo hasta ahora.
LA AMENAZA DEL REARME NUCLEAR
El “Nuevo START”, firmado en 2010, limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos, en tierra, mar o aire. Su vigencia podría ser prorrogada por cinco años, hasta 2026.
Pero si no se logra esa extensión, los expertos ven el riesgo de una nueva carrera de rearme nuclear, pues por primera vez desde 1972 no habría ningún acuerdo de control de armas atómicas en vigor entre las dos mayores potencias nucleares del mundo.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), Premio Nobel de la Paz 2017, considera “alentador” que Washington y Moscú hayan dado el paso de hoy.
Pero si las negociaciones fracasan, “es muy probable que se produzca una carrera armamentista incontrolada”, advirtió la jefa de ICAN Austria, Nadja Schmidt, a la agencia austríaca APA.
De forma similar se expresó recientemente el ministro de Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg, al calificar de “positivas” las conversaciones “en vista de que se están socavando los éxitos de las últimas décadas en el sector del desarme”.
¿ADHESIÓN DE CHINA?
Rusia se ha manifestado a favor de prolongar la validez del tratado, mientras que Washington, si bien no ha descartado una prórroga, aspira a que China también se adhiera al compromiso.
Sin embargo, Pekín se ha resistido hasta ahora a participar en las conversaciones, alegando que su arsenal atómico es muy inferior al de Moscú y Washington, pues éstos poseen juntos más del 90 por ciento de las armas nucleares del mundo.
El “New Start” podría así convertirse en el tercer tratado de desarme finalizado bajo la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.
Washington se retiró el año pasado del acuerdo INF sobre la eliminación de misiles de medio y corto alcance suscrito en 1987.
Además, el pasado 21 de mayo EE.UU. anunció su salida en un plazo de seis meses del Tratado de Cielos Abiertos, un acuerdo de control mutuo de armamento a través de vuelos de reconocimiento en el que participan 34 países.
EFE