El encuestador José Antonio Gil Yépez ha expresado que la abstención va a estar en niveles récord, a tal punto que la participación estaría en un 11%. Lo que significa que si el PSUV mueve su maquinaria obtendría una mayoría calificada de la votación. ¿En este escenario tan comprometido vale la pena concurrir? Alguno podría alegar que a pesar de lo que dicen las encuestas con el incremento de los diputados y la proporcionalidad, la oposición podría tener varias decenas de diputados con un 35% de los votos.
Con los comicios el gobierno busca seguir debilitando a Guaidó, poniéndole punto final a la legislatura que encabeza, a la vez que tener una oposición a su medida. El gobierno, cuando no le convenía el revocatorio de mitad de periodo, lo desapareció de la escena. En todo caso el régimen cuenta con el T.S.J. y con una Constituyente írrita que le permite, pase lo que pase en la elección, hacer lo que le venga en gana.
Venezuela no puede seguir como va. Necesitamos financiamiento, y recuperar la producción petrolera para empezar, tener gasolina permanente. Las cifras del coronavirus crecen cada día. La crisis de los servicios públicos y la hiperinflación ahogan a la población. La elección parlamentaria no resolverá lo fundamental. Más bien profundiza la confrontación con quienes no van a participar. Mientras no se imponga un acuerdo mínimo para la salvación nacional, no ganaremos nada. Basta que cada quien esté actuando para su beneficio personal y no en función del bien común. La situación es desesperada. Un país que producía hace más de veinte años 3.700.000 barriles diarios de petróleo ahora está en menos de 500 mil.
@OscarArnal