Venecia probó por primera con éxito este viernes un nuevo sistema de diques móviles para proteger la ciudad de las inundaciones y que debería estar totalmente operativo a finales de 2021.
Durante la prueba general, a la que asistió el primer ministro italiano Giuseppe Conte, fueron levantadas las 78 compuertas que deberán proteger a la ciudad de Marco Polo de las mareas altas.
El sistema de “impermeabilización” de Venecia, conocido con el nombre de Mose (Moisés), tiene el objetivo de proteger el inmenso patrimonio artístico de la ciudad.
Se trata de un proyecto millonario y controvertido, elaborado por un grupo de empresas privadas encabezadas por FIAT y que podrá entrar en funcionamiento a finales de este año.
El sistema fue ideado en los años 1980 pero no se empezó a construir hasta 2003. Tenía que estar listo hace tres años pero se atrasó por escándalos de corrupción y sobrecostes, y hasta ahora ha costado unos 7.000 millones de euros.
Se prevé que el mecanismo estará completamente listo a finales del 2021.
El sistema de diques móviles, una ambiciosa obra de ingeniería, cerrará la entrada del mar en la laguna y evitará así las inundaciones que sufre la ciudad, formada por 118 islas.
La barrera se puede elevar en 30 minutos y luego desaparecer completamente bajo el agua cuando no está activada, una estructura única en el mundo.
En Estados Unidos y Holanda se han construido barreras en el mar pero ninguna desaparece completamente bajo el agua.
La célebre ciudad bizantina, una de la más turísticas del mundo, se ha hundido casi treinta centímetros en un siglo.
Además la mayoría de los sistemas naturales de protección se han debilitado debido, entre otras razones, al rápido desarrollo industrial de las localidades cercanas.
Venecia es víctima con frecuencia de la “acqua alta”, una marea alta anormal que inunda docenas de tiendas, hoteles y monumentos, así como a la famosa Plaza de San Marcos, como ocurrió en noviembre pasado, cuando sufrió una de las peores inundaciones de su historia.
Los ecologistas, contrarios al proyecto, protestaron este viernes de nuevo por considerar que el sistema ya es viejo y no tiene en cuenta que el fenómeno del “acqua alta” se ha agravado con el cambio climático.
“Espero que funcione”, dijo Luca Zaia, presidente de la región del Véneto, poco antes de la prueba.
AFP