En Venezuela el tercer domingo de julio se celebra el Día del Niño, una celebración que tiene como objetivo la defensa y pertinencia de sus derechos fundamentales, así como la promoción de su bienestar a través de actividades sociales y culturales.
Durante este fecha elegida en 1990, los padres también aprovechan para enaltecer la figura de los pequeños en el hogar, con regalos, salidas recreacionales y celebraciones. Sin embargo, este año por la pandemia de la COVID-19 los festejos se modificaron y serán en casa.
Más allá de los regalos que los niños reciben ese día, la situación actual que vive el mundo por la COVID-19 –aunado a la crisis que atraviesa el país desde muchos años– ha modificado un poco los deseos de los menores para estas fechas.
La Voz de América habló con padres y madres de algunos niños venezolanos que decidieron expresar a través de un dibujo cuál es el regalo que más anhelan recibir en su día.
“Que se vaya el coronavirus y que mi abuelito vuelva a caminar”
Arantza Goncalves tiene 10 años de edad. En la hoja donde trazó su dibujo dejó los regalos que espera recibir pronto. Su mamá Zualy Limia cuenta a la VOA que el deseo más grande de su hija es que el coronavirus se termine, pues durante estos meses de confinamiento no ha podido ver a sus seres queridos y tampoco a sus amigos del colegio.
“Ha estado aburrida y preocupada durante este tiempo. Ha estado en casa jugando. Ella ve las noticias y se preocupa mucho por la situación, es muy inteligente”, comenta Limia.
En el dibujo de Arantza también hay otro deseo que– de acuerdo su madre– la niña anhela que se cumpla pronto. Se refiere a que su abuelo vuelva a caminar ya que en agosto de 2019 dejó de sentir las piernas, razón por la que fue trasladado de inmediato a un hospital donde le diagnosticaron cáncer de próstata.
“El tumor estaba muy grande, hizo presión en la columna, fracturó una vértebra y la vértebra lesionó la médula por eso ahorita no camina, él está en tratamiento”, explica Zualy sobre la condición de su padre.
Dada lo sorpresivo del diagnóstico la pequeña no logró asimilar la noticia rápido, por ello espera que muy pronto su abuelo camine y que puedan salir al parque y jugar juntos. Como lo hacían antes que el COVID-19 y el diagnóstico de cáncer irrumpiera en sus vidas.
“No quiero más clases a distancia”
Para Gabriela Salas, de 9 años de edad, el mejor regalo para este Día del Niño sería que la COVID-19 no siguiera causando estragos en Venezuela y el mundo. En su dibujo muestra un papagayo donde quisiera que el virus volara y se fuera lejos del país.
“Que empiecen las clases para poder jugar con mis amiguitos de la escuela, no quiero más clases a distancia. Quiero ir al colegio, salir al recreo y estudiar para seguir aprendiendo”, expresa, a través de su papá Germán Salas, a la VOA.
A Gabriela las clases bajo la modalidad de educación a distancia no le gustaron porque no pudo competir directamente con su compañeros. Pese a eso logró sacar el año adelante y pasó a cuarto grado. Espera que su sueño de regresar a clases presenciales esté muy cerca.
“Que la tierra sea feliz”
Con tan solo 6 años de edad, Benjamín tiene claro qué regalo le gustaría recibir en su día. Su madre, Andrea Mayora, cuenta que su hijo es amante de los animales, así que su deseo es una tierra feliz donde todos los seres humanos contribuyan con los cuidados correspondientes para que estos seres vivos puedan vivir felices y tranquilos.
El pequeño– al que le encanta dibujar– acaba de pasar a primer grado, una faceta que iniciará bajo la modalidad de educación a distancia por la pandemia que no le ha afectado como a otros niños.
Su madre comenta que Benjamín no se siente mal por tener que permanecer en casa, todo lo contrario, lo ha hecho feliz ver a tantos animales en las ciudades vacías producto del confinamiento.
“Que mi familia esté junta de nuevo”
Arantza Rodríguez el único regalo que espera para este Día del Niño es que pueda volver a tener a su familia unida en Venezuela. Su madre, Katherine Poleo, cuenta que dada la situación que vive el país, varios familiares emigraron buscando mejor calidad de vida.
Sumado al éxodo, está la pandemia por la COVID-19, que ha hecho que el resto de su familia en Venezuela no pueda verse con regularidad. Por ello, la niña de 8 años de edad anhela que el virus se vaya para poder reencontrarse con sus seres queridos.
Arantza es muy consciente de lo peligroso que es el coronavirus y de los cuidados pertinentes para evitar un contagio, por ello en su dibujo se preocupó por dibujarles tapabocas a sus padres y a ella que permanecen en casa.