Las cuentas públicas de Australia están a punto de caer este año en su mayor déficit desde la Segunda Guerra Mundial, a medida que la crisis del coronavirus lleva al país a su primera recesión en tres décadas y obliga a sus dirigentes económicos a inyectar cientos de miles de millones de dólares en estímulos.
Aunque Australia ha tenido una crisis sanitaria menos grave que la mayoría de las naciones desarrolladas, el devastador impacto mundial del brote ha hecho que su economía, muy expuesta al comercio internacional, sufra un desempleo galopante, con muchas empresas en pérdidas.
En un anuncio especial del jueves, el responsable de Hacienda Josh Frydenberg dijo que el presupuesto muestra un déficit público de 85.800 millones de dólares australianos (61.300 millones de dólares) para el calendario fiscal del año que termina en junio de 2020, en comparación con la previsión anterior de un superávit.
Como presagio de que lo peor está por venir, se proyecta que el déficit se amplíe aún más, hasta los 184.500 millones de dólares australianos en 2020-21, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial en porcentaje del PIB, principalmente debido a un estímulo estatal de alrededor de 289.000 millones de dólares australianos.
A pesar de las ayudas públicas, es probable que el PIB real se haya contraído en un 7% en el trimestre de junio, ya que los confinamientos impuestos para frenar la propagación del coronavirus dañaron las empresas y la vida cotidiana, enviando a la economía a una espiral de recesión por primera vez desde 1991.
“Estas duras cifras reflejan la dura realidad a la que nos enfrentamos”, dijo Frydenberg a periodistas en Canberra. “El panorama económico sigue siendo muy incierto”.
Los datos económicos sugieren que la actividad económica se está recuperando en el trimestre actual, ya que se han relajado las restricciones en gran parte de Australia desde finales de mayo.
Sin embargo, pasará algún tiempo antes de que la economía vuelva a crecer a todo vapor, especialmente en un momento en que el segundo estado más poblado del país, Victoria, se encuentra bajo cuarentena para frenar una segunda ola de infecciones.
“Los recientes acontecimientos en Victoria son… un doloroso recordatorio de cómo un contratiempo en la lucha contra el virus puede impactar la velocidad y la trayectoria de nuestra recuperación económica nacional”, dijo Frydenberg.
El principal índice bursátil de Australia avanzaba un 0,3% tras el anuncio de Frydenberg, ya que el foco de atención de los inversores sigue estando en la respuesta fiscal y monetaria a la pandemia, mientras que el dólar australiano se mantenía en 0,7137 dólares tras haber subido un 2% en lo que va de semana hasta alcanzar un máximo en 16 meses de 0,7184 dólares.
“El impacto económico de la Covid-19 es mucho peor que el de la Segunda Guerra Mundial, pero lo más importante para los mercados es mantener el impulso de la economía y asegurar las condiciones empresariales más adecuadas, para que podamos mantener el mismo número de empresas operando en medio de esta recesión”, dijo Dermot Ryan, gestor de carteras de AMP Capital Australian.
Reuters