El coronavirus continúa provocando dolor y desconsuelo en las familias de todo el mundo. En Estados Unidos, una mujer con COVID-19 murió a los pocos segundos de haber dado a luz a su bebé prematura. La víctima del patógeno no pudo conocer a su hija.
Se trata de Aurora Chocan Esparza, de 35 años, quien estuvo internada en el hospital North Memorial en el centro de Brooklyn, Nueva York, con respirador artificial por padecer de coronavirus.
Debido a su delicado estado de salud, los médicos planificaron una cesárea a la mujer, que tenía solo unas 30 semanas de gestación, por el temor a que el feto no recibiera suficiente oxígeno y terminara muriendo en el útero.
Durante el alumbramiento, el estado de salud de Aurora comenzó a complicarse aún más, y pese a los grandes esfuerzos de los especialistas, lamentablemente no resistió y perdió la vida.
Juan Durán, su esposo durante siete años y con quien tuvo tres hijos, contó que “ella era una mujer sana, de 35 años, sin condiciones preexistentes”. Y, totalmente destrozado, añadió: “Nunca pensamos que esto podría pasarle a nuestra familia”.
En un principio, Duran creyó que su joven esposa iba a regresar rápido del hospital, pero cuatro días después, los médicos le practicaron una cesárea, preocupados por el riesgo que corrían la madre y la bebé.
Con respecto a la recién nacida, el hombre muy conmovido resaltó: “Su corazón está muy bien. Ella puede respirar sola, come, sonríe y llora”. Aurora deja en la orfandad a sus tres pequeños hijos y a una bebé que nunca podrá darle su amor.