En la década de los años Cincuenta se produjo la llamada “Guerra Fría” protagonizada por los EEUU y la Unión Soviética, quienes cesada la Segunda Guerra Mundial se repartieron el mundo en dos mitades: una para los Occidentales. Otro para los Comunista. John Foster Dulles accionista de la United Fruit. Secretario de Estado de Estado Unidos en el mandato que presidió Dwight Eisenhhower en la década señalada se convirtió en el protector de los gobiernos militarizados en Sur América, incluido el de Venezuela. Dado su inversión económica y las de sus hermanos, entre uno, de su arbitrario proceder se dio por señalar de comunista al gobierno de Guatemala, presido por Jacobo Arbenz Guzmán. Propició el bombardeo de una humilde ciudad con el objeto de seguir explotando sus tierras. Los estudiantes los protestamos cuanto se hizo presente en Caracas e intervino en las sesiones de Décima Conferencia Hispanoamericana.
Muchos como suele suceder tenían la creencia de la perpetuación en el poder de general Pérez Jiménez, quien alardeaba a más no poder sobre el respaldo monolítico de la FA. Por el contrario se le propinó su derrota: huyó
Las reservas habidas sobre la fuerza armada nacional: influencia de una deformación institucional en el sector castrense que en la época que fuere la última de nuestras dictaduras. Se exhibía dominada entre otros aspectos: por el autoritarismo, la autonomía institucional, el intervencionismo, la xenofobia y el machismo que dejaron de persistir. Con ello también mi proximidad al debate abierto, con sustento de que en las sociedades en tiempos de crisis no debería existir ejército, dado lo costoso de su manutención.
La dictadura militar que celebraba la semana de la patria. Que ejecutó obras de cemento armado. Que unió al país mediante carreteras. Que invirtió en el desarrollo agrícola. No pudo sostenerse reprimiendo las libertades y ejecutando la tortura de los presos políticos, llenando sus bolsillos, los de familiares, amigos y testaferros, aumentado la persecución política. Creando campos de concentración. Infundiendo miedo, apercibido de la mayor atrocidad mediante la actuación de un civil conocido como Pedro Estrada jefe de la Seguridad Nacional. Tan reprochable sistema hubo de sucumbir. El ejército. El institucional. No él militarismos procedió al cumplimiento de su deber. Harto de despotismo impuso la concienciación democrática. Se unió a la ciudadanía, terca opositora al dictador militar y en resuelto compromiso con esta libró la hazaña revolucionaria cívico militar del 23 de enero de 1958. Revirtió la civilidad. Se conformó Gobierno de transición. Se llamó a elecciones para elegir Presidente de la República, a los Senadores y Diputados al Congreso Nacional. Se redactó la Constitución. La unidad de la institución, desde la significativa fecha se mantiene cumpliendo la Constitución.
Hugo Chávez que con otros compañeros conformó una logia militar para derrotar a un Gobierno democrático electo por el pueblo, no pudo fraguar su aventura. La fuerza armada se lo impidió. Por lo que nadie puede hablar hoy en día de una unidad monolítica en la FA al servicio de cada ocurrencia de Maduro.
Todo nos conlleva a la firme convicción que para que haya legitimidad de una legalidad, esta tiene que descansar en la paz, la libertad, bienestar y democracia como principios cardinales insobornables.
Expuesto lo precedente, imperativos doctrinarios y revolucionarios, que nos obliga a no admitir que el “Dictador” sea quien crea el derecho, quien profiere sobre el contenido y alcance del delito; quien disuelva los poderes y se asuma la condición de la autoría militar, distinguiendo entre amigo-enemigos, nos obliga hacer distinción entre lo que debe entenderse por militarismo. Y lo que nos lleva a entender la legalidad militar.
El “MILITARISMO” no es más que una doctrina decimonónica, producto de nuestro atraso feudal, caracterizada por una serie de elementos opuestos esencialmente a los derechos fundamentales y libertades públicas: El concepto militarismos. No es más que una degeneración contrario por completo al concepto militar. El militarismo lleva a quienes los propugnan a ejercerlo con una no disimulada y fuerte preponderancia de los asunto militares en política de una Nación. Venezuela fue por mucho tiempo victima de tal situación. Debemos estar claros
Por el contrario el ejercicio de la milicia militar conduce el desempeño de una profesión al servicio de las armas de acuerdo a la legalidad vigente. La Institución Militar venezolana se ha opuesto al autoritarismo. Considera una degeneración de la honrada condición militar, por lo que nuestra Institución Armada puede asegurarse lo conceptúa como una deformación del ejercicio de la profesión militar a los que por un tiempo en sus oficio se le limitan ciertos derechos. Recobrados planamente, cuando se desprendan de uniforme, habido su regreso a la vida civil. Nuestra institución militar ha sido consecuente al estar al “servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”.
Todo lo aquí expuesto, en razón del criterio sostenido. Nos obliga hacer consideración sobre el discurso pronunciado por el ratificado ministro del Poder Popular para la Defensa. Se trata del General Wladimir Padrino López. Quien se ha desempeñó en las actividades comerciales como vicepresidente de una compañía de comercio, hasta el año 2007 cuando fue nombrado, para el cargo de la cartera de Defensa. Función para la cual fue ratificado. Con motivo de su ratificación en fecha del vigésimo aniversario de la CRBV, declara: “Que en Venezuela la Oposición política nunca podrá ejercer el Poder. No pasarán. No serán Poder político jamás en la vida mientras exista unas FA como la que hoy tenemos”, fin de la cita
La perorata discursiva sin apego a la Constitución ha sido objeto de diversas interpretaciones: Para algunos: los que defienden el Estado de Derecho han de considerarlo como la expresión de una ideología con hechura militarista, definido como oposición directa con los movimientos por la paz. Para unos otros como su pase a ser segundo en la diarquía del régimen, con desplazamiento del Capitán Cabello. Otros lo califican como un discurso laudatorio para su permanencia burocrática. Y para otros, lo expresado con mandato de fuerza, no tiene otra consideración, que la de pasar de ser la expresión de un militarismo demodé a “Militar” en el partido de Gobierno para avanzar en el desarrollo de su pasión socialista .En verdad este afortunado, no ha dejado de intervenir en la controversia política.
Posdata, presento excusa: aprovecho la oportunidad para declarar, habida consideración de una publicación, que URD no tiene ninguna clase de compromiso político con CLAUDIO FERMIN. Su línea es la de oposición a fondo contra la usurpación.
Abogado, político, presidente de URD