A Escohotado se le nota como alegre y hasta liberado. Aporta datos sin parar sobre la vida del ‘sablista’ diletate que fue Marx, yerno del dueño de la Philips y ‘amorrao’ a la sopa boba del suegro; disecciona la raíz de esta ideología aclarándonos que de utopía de riqueza general devino en pesadilla con la que hicieron caja las sagas de los Castro o los Kim Jong.
Debe haber un sinsabor en el corazón de este escritor. Me refiero al desengaño de lo que has creído toda la vida y que, de repente, encuentras que tiene una fisura en su raíz que invalida todo el desarrollo posterior. Tiene que doler, como duele toda verdad sanadora. Vivir en el sueño de una ideología (capitalista, comunista) permite sobrellevar un tiempo los rigores de la vida. Todos necesitamos creer que el mundo puede ser mejor, pero hay que tener cuidado en qué teorías pones tu fe, porque aquellas que toman al hombre por la parte del bolsillo, del dinero, son limitadas y limitantes. Somos más que nuestro bolsillo, aunque muchos no hayan despertado aún de ese estadio de dormición.
Hay que seguir en esta fase nueva a Escohotado. Porque son muchos los que como él han despertado entre la izquierda añeja pero la mayoría lo dicen con la boca chica y a regañadientes, haciendo distingos entre dictaduras, como si todos los liberticidas y déspotas no fueran ese club de execrables que un día creyó que el mundo era un gulaj para su exclusivo disfrute y servicio.
César Requesens es escritor y periodista. Columnista en Granada Hoy. Colaborador en Es Radio. Profesor de escritura en CCUCP-UGR.
Este artículo fue publicado originalmente en Granada Hoy (España) el 28 de julio de 2020