Transcurre la primera semana del octavo mes de este año 2020. Quedará marcado para la historia como uno de los peores que ha tenido el país. Los indicadores de todas las actividades están en negativo También las cifras relativas a la labor que desde las alturas del poder tienen que cumplirse. El solo ejemplo de la industria petrolera es suficiente para expresar lo que llevamos por dentro. Prácticamente desapareció ante la incrédula mirada del mundo. Si esto es así con lo relativo al petróleo ¡cómo estará lo demás!
Hay amigos que gobiernan o tienen posiciones de liderazgo reconocido en el exterior, que creen que exageramos cuando hablamos sobre los temas básicos, pero luego de documentarse mejor terminan convencidos de que nos quedamos cortos. La situación es grave. Las actividades que tienen por asiento el territorio venezolano, con la complicidad y tolerancia de los cabecillas del régimen son una real amenaza para el vecindario, incluidos tanto Estados Unidos como algunas realidades de la Unión Europea.
Hoy es un hecho, para propios y extraños, la presencia y control de las estructuras del narcotráfico en la vida venezolana. Desde el final de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado, unos cuantos nos dedicamos a prevenir sobre el tema pidiendo acciones concretas para evitar la situación actual. Desde entonces algunos de nosotros hemos sufrido atentados, acoso casi que permanente, cárcel y juicio penal absurdo, amenazas de variada naturaleza, como es mi caso, ante la indiferencia incluso de algunos amigos cercanos que o no les interesa el tema o lo esquivan calculadamente. No fue casual la expulsión de la DEA decretada por el Chávez cuando se concretaban investigaciones serias sobre el problema. Ahora hay acuerdos operativos concretos de los narcos con disidentes de las FARC, con el ELN y con agrupaciones menores de Colombia y Centroamérica, desplazándose hacia un territorio venezolano en el que actúan con impunidad. Hay zonas que controlan en las narices de nuestras fuerzas armadas, constituyéndose en ejes de la matraca, del chantaje y de la extorsión.
Vale la pena agregar el tema del terrorismo islámico. También avanza y, según se dice, con el estímulo y cooperación de altos niveles del oficialismo. Desde la posición en la que uno se encuentra es difícil establecer con precisión hasta donde llegan las cosas. Sin embargo aquello de que cuando el río suena es porque piedras trae, obliga a extremar la atención y a seguir las profundas investigaciones de los organismos que en el mundo se ocupan de estos temas.
La oposición seria tiene que dejar de lado este electoralismo agudo que le hace juego al gobierno. El problema no es electoral. La solución tampoco. Todos saben a lo que me refiero.
Lunes, 3 de agosto de 2020
@osalpaz