El Consejo Superior de la Democracia Cristiana para Venezuela, de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), expresa su consternación por la medida privativa de libertad impuesta al Senador Álvaro Uribe Vélez, expresidente de la república de Colombia, a propósito de la instrucción de una controversia de naturaleza política judicializada promovida por intereses perversos que se confabularon alrededor del Senador Iván Cepeda con el propósito de eliminar del escenario político nacional e internacional al expresidente Álvaro Uribe.
El actual presidente de la hermana república, Iván Duque Márquez, ha dicho bien que cree “en la inocencia y honorabilidad de quien con su ejemplo se ha ganado un lugar en la historia de Colombia”. De nuestra parte hacemos propia su afirmación en cuanto a que el expresidente Uribe, “una persona que ha tenido el honor de presidir este país, debe poder defenderse en libertad”. Es lo que predican, justamente, los tratados y convenios internacionales sobre derechos humanos que obligan a la Justicia colombiana.
El expresidente Uribe ha sido víctima de infamias y un fuerte encono por parte de las organizaciones del narcotráfico y la guerrilla a las que confrontó durante su gobierno; y luego se ha visto atacado de manera implacable por los sectores de la izquierda marxista que acompañaron los Acuerdos de Paz que aquél condenó por la impunidad que aparejaban, en cuanto al castigo de los crímenes de lesa humanidad ejecutados por las FARC, hoy convertida en partido político y ocupante de escaños en el mencionado Congreso de Colombia.
Estas, las FARC, acogen con beneplácito la insólita medida de la señaladas contra el expresidente Álvaro Uribe, mientras ayer defendieron la libertad que la misma Sala otorgó a su correligionario, Jesús Santrich, acusado de sostener negocios con el narcotráfico y quien luego huyó hacia Venezuela. En cambio condenan que la Justicia de Brasil prive de libertad a Luis Ignacio Lula da Silva, por hechos de corrupción en el asunto Odebrecht.
Álvaro Uribe, desde el Senado de Colombia les ha dado el frente, con estoicismo, comedimiento y mucha firmeza a sus adversarios y ha acudido ante la Justicia cada vez que se le ha convocado, y de suyo se encuentra recluido en su domicilio como todos los colombianos víctimas de la pandemia.
No ignoramos el avance que sobre Colombia ha dispuesto la agenda del Foro de São Paulo y sus asociados a nivel internacional – el Grupo de Puebla, el partido de la Izquierda Europea, y el globalismo progresista – para proteger a la dictadura venezolana y para consolidar su política de destrucción de un país que desfallece agobiado en la miseria y huérfano de toda institucionalidad republicana que la proteja. Y también para afirmar su control sobre los poderes de Colombia a objeto que, junto con el régimen de Venezuela, puedan reforzar la estructura del totalitarismo narco-socialista que infesta a Occidente y amenaza los activos de su civilización de libertades.
Hacemos un llamado a la comunidad democrática de las Américas para que se mantenga alerta, consciente de que tras las circunstancias del COVID-19 se mueven a nivel global las fuerzas implacables de la criminalidad política para ahogar a la democracia y el Estado de Derecho.
Por el Consejo Superior Demócrata Cristiano
Pedro Pablo Aguilar, Oswaldo Álvarez Paz, Humberto Calderón Berti, Andrés Caldera, José Curiel, Abdón Vivas Terán, Julio César Moreno León, José Rodríguez Iturbe, Henrique Salas Romer. Maritza Izaguirre, Román Duque Corredor, Gloria Capriles, Haroldo Romero, Nelson Maldonado, Ivonne Attas, Emilio López, Jesús Ganem Martínez, Guillermo Yepes Boscán y Enrique Naime.
Lorenzo Tovar
Secretario Ejecutivo.
Consejeros: Gustavo Tarre Briceño y Asdrúbal Aguiar.
POR COPEI: Roberto Enríquez Presidente y Robert García Secretario General.
POR PROYECTO VENEZUELA: Henrique Salas Feo Coordinador General.
POR CONVERGENCIA: Biaggio Pilieri Coordinador General
Caracas, Agosto de 2020.