Las razones del Rey Don Juan Carlos para no querer decir todavía dónde está

Las razones del Rey Don Juan Carlos para no querer decir todavía dónde está

Don Juan Carlos, durante un viaje a Abu Dhabi en 2014 – AFP

 

Una semana después de que el Rey Don Juan Carlos abandonara España, continúa el debate sobre si se debe hacer público o no dónde está el anterior Monarca. La cuestión es para unos un asunto de Estado, mientras que otros piensan que debe prevalecer su derecho a la intimidad y su seguridad. Desde el primer momento en el que la Casa del Rey anunció su salida mediante un comunicado, fuentes del Palacio de La Zarzuela indicaron que sería el propio Don Juan Carlos quien anunciara su destino cuando lo considerara conveniente. Y es que, según fuentes próximas a la Casa, se trata de la «vida privada» del anterior Monarca. Estas mismas fuentes recordaron que en junio del año pasado Don Juan Carlos anunció su retirada de la vida pública y, por lo tanto, hay que respetar su derecho a la intimidad.

Por Almudena Martínez-Fornés / abc.es

Como los expresidentes





Pero, además de su retirada de la vida oficial, Don Juan Carlos dejó de percibir el pasado 15 de marzo la asignación anual de 198.845 euros brutos que el Rey le entregaba del Presupuesto de su Casa. Esta cantidad equivalía a la asignación que reciben de forma vitalicia todos los presidentes del Gobierno cuando terminan su mandato. En el caso de los expresidentes asciende a 75.000 euros al año, además de una oficina de representación con dos secretarios, chófer, los servicios de seguridad que el Ministerio de Interior considere necesarios y un pase que les permite viajar gratis en las compañías de transporte del Estado. El anterior Monarca no recibe asignación alguna ni tampoco una pensión del Estado.

Retirado de la vida oficial, sin asignación de las arcas del Estado y juzgado por algunos sectores sin ser acusado ni escuchado, el Gobierno también pretendía que Don Juan Carlos abandonara su casa, el Palacio de La Zarzuela, y fue entonces cuando el anterior Monarca decidió irse de España. En esas circunstancias, Don Juan Carlos ha partido al extranjero como una persona privada, que no tiene la obligación de rendir cuentas a nadie, salvo que la Justicia le requiera y, en ese caso, acudirá.

Además, todo parece indicar que el padre del Rey no tiene un plan a medio plazo, sino que de momento ha ido aceptando sobre la marcha algunas de las invitaciones que ha recibido de sus amigos y otras las ha dejado para más adelante. Si en algún momento quisiera dejarse ver, lo haría, pero Don Juan Carlos sabe que, en cuanto se confirmara su presencia en un lugar accesible para los medios de comunicación, ese lugar se convertiría en un circo mediático, y su presencia empezaría a ser molesta para sus anfitriones y vecinos, por lo que tendría que irse.

Asimismo, el anuncio de su paradero generaría un grave problema de seguridad, ya que Don Juan Carlos solo está acompañado por cuatro guardias civiles, un equipo suficiente cuando se viaja de incógnito, pero claramente insuficiente cuando se trata de una visita anunciada. A Don Juan Carlos también se le ha criticado por aceptar invitaciones de sus amigos, algo que prohíbe el régimen de regalos de la Familia Real, pero lo cierto es que, retirado de la vida oficial, sin asignación y forzado a partir de España, los amigos son lo único que le queda.