Juan Pablo García: El partido por asalto

Juan Pablo García: El partido por asalto

Los partidos que aceptaron hacerle el juego al régimen, sufren también las consecuencias por muy carta de conducta que puedan exhibirle. Justos y pecadores padecemos la agresión constante de Maduro y de sus secuaces. Nadie está a salvo. Pero siempre hay, quienes olvidan la lección. Y a nadie puede contentarle que tomen por asalto las dos sedes de Acción Democrática en Caracas. Peor aún, valiéndose del FAES y de los colectivos armados, hecho que condenamos y rechazamos desde la Fracción Parlamentaria 16 de Julio.

Tan funestos ejemplos de una actuación usurpadora que sólo es consecuente con su misma naturaleza, constituye un mensaje para aquellos que, integrantes de los partidos que suscribieron un documento contra las elecciones parlamentarias, todavía sueñan y hacen diligencias por un entendimiento con los victimarios. Cobardes como Maduro y los funcionarios que utilizan la fuerza para ocupar la sede de los partidos, por cierto, ya asediados con antelación, son quienes se humillan y arrodillan pidiendo condiciones a estas alturas de la vida para participar en el torneo comicial ideado por los cubanos. Esto es indispensable tenerlo claro, muy claro porque lo que le ocurre a los venezolanos no es precisamente un juego de carritos.

A los invasores, les importa poco delatarse. Emplean hasta artefactos lacrimógenos para ahuyentar a los miliantes adecos que se acercan a La Florida. Entonces, además del silente fiscal de la usurpación, también el ministro de la Defensa, así como el de relaciones Interiores debe responder por ello. ¿No monopolizan las armas de guerra y los artefactos citados? Luego, ¿cómo se atreven a concursar en un hecho violento por el que deberán todos ellos responder algún día? Para finalizar, en días pasados murió la viuda de Leonardo Ruíz Pineda, quien nunca se transó con a dictadura perezjimenista. Recurden al gran líder tachirense cada vez que haya que afrontar al peor Maduro del momento, acobardado, auspiciando tales asaltos, y ¡hay del periodista que le pregunta algo!

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