El pasado mes de julio la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines realizó el seguimiento del monitoreo de las áreas cultivadas en el ciclo productivo del período lluvioso (ciclo de inverno) que es el más importante del país con los rubros de cereales (maíz, arroz), leguminosas (soya, frijol) y otros.
Para la estimación de superficie sembrada se usaron las herramientas de monitoreo satelital determinando las áreas de cultivo, en las que se obtuvieron para el maíz blanco y amarillo 112,000 hectáreas sembradas, lo que representa una disminución del 44% en relación al 2019 (200.000 ha), en el caso del arroz se cultivaron 37.500 ha lo equivale a 50% menos que el 2019 (75.000 ha), con respecto a la soya y algodón se cultivó la misma superficie de 2019, por otra parte la palma aceitera disminuyó un 36% y finalmente el cultivo más afectado y menos resiliente ha sido el sorgo que prácticamente dejó de ser significativo para los estimados de superficie (7500 ha).
La disminución progresiva de la frontera agrícola en Venezuela es multifactorial pero indiscutiblemente uno de los factores que más ha afectado el sistema agroalimentario es la falta de financiamiento, considerando que apalancamiento financiero se hace necesario para todos los sectores económicos del país, la cartera agrícola quedó reducida exclusivamente a financiar la comprar de semovientes en las unidades de producción dedicadas a la ganadería.
Por lo que se debe reactivar la cartera agrícola que cumpla la banca privada eliminando el encaje, y promover la creación de un banco de segundo nivel que reciba fondos de los organismos multilaterales para la ejecución de proyectos específicos por cadenas agroalimentarias.
Venezuela tiene 10.000.000 hectáreas potenciales para la producción vegetal y al menos 2.500.000 hectáreas acondicionadas con capacidad productiva actual en los que se deben establecer los derechos de propiedad bien definidos y bien protegidos para beneficiar el desarrollo económico. En el ámbito del desarrollo rural, los programas para la titulación de la propiedad han generado mejoras en la productividad, las inversiones e ingresos de los productores agropecuarios. Estos programas pueden considerarse como un requisito previo para fomentar la capacidad de los productores de aumentar su productividad agropecuaria y de promover el desarrollo agropecuario rural de forma eficiente y sostenible.
Ing. Saúl Elías López
Presidente Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos (SVIAA)