El aislamiento social que trajo la pandemia del Covid-19 dejó en pausa los planes vacacionales que eran organizados por diversas empresas encargadas de estas actividades de recreación.
Maryerlin Villanueva || La Prensa de Táchira
Jornadas didácticas, paseos al campo, día de piscina, formaba parte de la diversión de aquellos niños que eran inscritos por sus padres en estos campamentos que podrían tener una duración desde una semana hasta 15 días.
Billy Noguera, dueño de la empresa Campamento Potrerito dijo que la cuarentena los obligó a no realizar aglomeraciones, por lo cual este año 2020 los eventos de recreación que preparaban con muchos meses de anticipación quedaron suspendidos.
“Nos vemos muy afectados, incluso hasta nuestra posada, porque desde el inicio de la pandemia el lugar se convirtió en un desierto, donde no hemos podido realizar absolutamente nada” dijo.
Noguera comentó que por el incremento de casos Covid-19, los padres se niegan a permitir la participación de niños en estas actividades de recreación.
“Todo está paralizado, lo único que estamos haciendo son reuniones con grupos no mayores a 10 personas, y tiene una duración de un solo día” expresó.
Este evento se le conoce como Day Camp, la cual tiene un valor de 10 mil pesos por niño, en edades compredidas entre dos y 12 años, en espacios como, urbanizaciones, fincas o casas de campo.
Otros organismos, como, la academia gastronómica Le Petit Chef, empresas Garzón, Colegio de Contadores Públicos, ofrecían planes para los infantes, pero por el cumplimiento de las medidas sanitarias no se realizaron este año.
Sin embargo, la músico Vanesa Vega, no frenó sus ganas de realizar un plan vacacional, pese a los costos que esto representa.
“Hemos tenido la experiencia en años anteriores sobre los planes vacacionales, a diferencia de que su contenido era netamente musical. En ésta oportunidad decidimos hacerlo diferente, basado en actividades artísticas de manualidades, pintura y títeres, para que los niños desarrollen sus capacidades y talentos en diferentes áreas, divertirse, y salir de la rutina después de un agitado año escolar que generó tanto stress en los niños” indicó.
Resaltó que en muchas ocasiones, los padres no quieren pagar el costo justo por el servicio que se ofrece, “cuestión que consideramos netamente cultural con respecto a otros países”.
Para este año, detalló que el plan vacacional se dió tomando en cuenta las medidas de bioseguridad ante el Covid-19, como lo fue el uso de tapabocas, distanciamiento social y con una matrícula no mayor de 10 niños.
Tanto Vega y Noguera esperan que el próximo año, las condiciones del país sean totalmente diferente a las del 2020, para que así puedan retomar sus actividades recreacionales como lo desarollaron años atrás.