William Anseume, coordinador de Vente Venezuela en el municipio Guaicaipuro, se refirió al día final del decreto mirandino de compras por el terminal de la cédula:
“Finaliza el mes que otorgó de plazo quien funge de gobernador en el estado Miranda para la supuesta compra de alimentos y bienes con un cronograma establecido según el terminal de la cédula. Decreto que nadie acató, que nadie cumplió. No puede existir un decreto más disparatado y distanciado de la realidad. Ese decreto y su desconocimiento abierto, retador, por la colectividad mirandina, por el comercio mirandino, demuestran el desfase del régimen con las necesidades de los ciudadanos en Miranda. Demuestra, además, que juntos, si queremos, nos rebelamos y triunfamos sin miedo sobre las arbitrariedades del poder mal ejercido, contra acciones perturbadoras de la gente en momentos críticos en lugar de buscar favorecerla”.
Anseume continuó: “El decreto tenía su ficticia fundamentación en la supuesta intencionalidad de contener el coronavirus en su expansión. Esto sin entender el hambre y las necesidades de los habitantes de Miranda. Resulta, además, un mensaje altamente contradictorio, porque Miranda se ha abierto a la flexibilización, suponemos que con la venia de quien funge de gobernador, sin importarles para nada el aumento de los casos que sitúan a la entidad en el segundo lugar nacional de contagios y en crecimiento diario, exponencial. Un mensaje, el de la fulana flexibilización, que al no venir acompañado de una indispensable campaña informativa, debidamente articulada, se traduce por la ciudadanía en plena disposición para andar sin peligros como si nada. Un mensaje negativo en este momento que sí redundará, sin dudas, como ya se demuestra, en un aumento progresivo y riesgoso de casos en Miranda”.
“La ridícula disposición de Héctor Rodríguez tiene además un plazo. Vence el 29 de este mes. Pero tiene el peligro de ser renovable. Corremos todos el peligro teórico de que ese fantasioso decreto se alargue un mes más, por ejemplo, y pretenda absurdamente hacerlo cumplir por la ciudadanía que abiertamente lo rechaza. Torpeza mayor si lo hace porque redundará en mayor burla de los ciudadanos ante el inconsulto disparate. En Guaicaipuro ni en Miranda estamos para soportar juegos grotescos del poder para con los ciudadanos. La entidad merece seriedad en el manejo de los asuntos del estado. Basta de improvisaciones y de imposiciones tiránicas en Miranda y Venezuela”.