Los efectos del COVID-19 no dan tregua al mercado de trabajo. Meses después de que se empezaran a levantar las restricciones a la actividad económica en la mayor parte del país, los efectos secundarios de estas medidas y de la enfermedad, siguen mandando más trabajadores al desempleo de lo estimado por los analistas.
Por: Sur Florida
Durante la semana que acabó el 5 de septiembre 884,000 personas solicitaron por primera vez el seguro de desempleo, el mismo número que la semana anterior, según cifras revisadas por el departamento de Trabajo.
A esta cifra hay que sumar las casi 839,000 solicitudes de seguro especial por pandemia (PUA) que cubre durante esta crisis y hasta finales de este año a quienes no tienen normalmente derecho a este seguro, los contratistas independientes o freelancers.
En total son 1,7 millones de personas que han acudido a esta ayuda que hace más de un mes carece del bonus por efecto de la pandemia que completaba la paga con $600 semanales. En ausencia de una nueva ley de ayudas que permita recoger el testigo de las ayudas vencidas del CARES Act, el presidente ha dado luz verde a la posibilidad de usar fondos de FEMA para añadir $300 semanales a algunos de los desempleados, algo que está teniendo una gestión desigual por parte de los estados.
Heidi Shierholz, economista del Economic Policy Institute, explicaba que la semana pasada es la 25 semana consecutiva en la que las solicitudes iniciales de desempleo son peores que en la peor semana de la Gran Recesión de 2008.
Aunque las cifras de desempleo están mostrando que se están creando puestos de trabajo que recuperan lo perdido, las dinámicas de pérdidas de ingresos de las empresas, pérdidas de oportunidades de negocio y restricciones en muchas de las labores están impidiendo que sigan destruyéndose puestos de trabajo.
En total y a fecha del 22 de agosto había 29,605,064 personas que necesitan el ingreso del seguro de desempleo. En la misma semana del 2019 eran 1,591,456 las personas que solicitaban esos beneficios.