¿A quién le pregunto?
Vamos a ser más claros. La supervivencia del “guaidoismo” va a depender de su capacidad de mantener el control de los activos y recursos que ha venido confiscándole al gobierno de Maduro. Si logra convencer a la comunidad internacional de su legalidad y legitimidad como representante político de la oposición, sin duda mantendrá un posicionamiento importante como líder de la oposición. Es decir, si logra mantener el control del “ñere”, pues mantendrá el liderazgo opositor. Y como diría Tesla sobre la luz, aplicado al “ñere”: “todo es el ñere”. Aquí hay que ser pragmáticos en el análisis.
¿Aún cuando se elija a otra Asamblea Nacional?
¡Sí! La oposición hoy día es mucho más fuerte que antes de asumir Guaidó su liderazgo. Ahora cuenta con el control de los activos de la República en el exterior, así como con la autoridad para la administración de los asuntos de la República fuera del país. Temas de financiamiento externo, querellas, administración, nombramiento de autoridades, entre otros. En este momento, Guaidó no es simplemente un “tipo ahí” sin autoridad ni poder. En este momento, es uno de los “tipos” con más poder en América Latina. Aquello de que el país tiene dos presidentes no es “mamadera de gallo”. Internamente es otra cosa. Aquí en nuestro terruño, no tiene control ni de una bomba de gasolina. Es un efecto psicológico, estamos haciendo los análisis de la situación, obviando su poder en el control de los activos de la nación en el exterior y su capacidad de financiamiento.
¿Y Capriles?
“El joquer”. Capriles asume el espacio deliberativo que se creará en la Asamblea Nacional “roja, rojiiita” donde hay que dar el debate y mantener una vocería aunque sea minoritaria. De lo contrario, ese espacio no tendría eco ni resonancia democrática. Y “la bella”, mantiene su posición de vanguardia en la búsqueda de salidas menos beligerantes y autóctonas. Mantiene el llamamiento internacional a una salida no diplomática del conflicto. En el artículo anterior, dije que me gustaba más la posición de Capriles que la de María Corina, hoy corrijo mi análisis, creo que esta “aparente” división en tres “toletes” de la oposición, es la estrategia perfecta para neutralizar en la medida de lo posible, el aumento del volumen de la música en la “rumba de Maduro”. Parece pensado hasta el último detalle. No tiene desperdicio el curso de las tres acciones. Si así lo decidieron de manera consensuada, pues un aplauso. Los tres cursos de acción son complementarios. Uno preside los activos de la República y asume la administración, el segundo asume el legislativo rojo y la tercera asume la vocería internacional. Y claro que puede funcionar
¿Y si no hay “ñere”?
Para que no haya “ñere” la “comunidad internacional” tendría que reconocer a la “nueva Asamblea Nacional” y devolverle el control de dichos activos, recursos y autoridad a Maduro, y eso no va a pasar. Hoy “Maduro” está en una posición mucho menos ventajosa que la que tenía hace cuatro años. Su base de poder se ha horadado, su capacidad económica se ha disminuido, y si bien el hambre no tumba gobiernos, a nivel internacional la precaria situación que vive es alarmante. Sus principales socios y soportes le pierden progresivamente confianza.
¿Se fortalece la oposición contra todo pronóstico?
Se fortalece, y si de verdad cumple su palabra Maduro de disolver al inefable y vergonzosa Asamblea Nacional Constituyente, simplemente estará sustituyéndola por su nueva Asamblea, pero con Capriles adentro, un “quid pro quo” con Capriles de vocero opositor.
¿Optimista?
Mucho. Y si no se hubieran puesto de acuerdo en sus líneas de acción, entonces estamos de suerte, en términos generales ha sido neutralizada “la rumba de Maduro”, no niego que la habrá, pero sin mariachis ni Guaco.
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