Un documento que revela el ‘modus operandi’ del grupo y evidencia que los actos vandálicos que azotaron a los CAI la semana pasada fueron premeditados.
En un extenso documento las autoridades revelan los adelantos en la investigación del ‘modus operandi’ de la estructura urbana del ELN en Bogotá y que tendría participación en los hechos vandálicos presentados en el marco de las jornadas de protesta desarrolladas en la capital del país la semana anterior. Según la información consignada, el grupo delincuencial se denomina ‘La Lima’.
Señala el modo de financiación de los vándalos y la forma como están estructurados para adelantar los movimientos de escape luego de perpetrar los daños y evadir la acción de las autoridades. Consigna el paso a paso de los movimientos del grupo en la que confluyen la insurrección y la llamada línea militar de masas del ELN.
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De acuerdo con el documento, la participación de estos vándalos en las protestas es denominada como “tropel”, y en este se evidencia el carácter premeditado del actuar de sus participantes quienes, además de tener objetivos prefijados, cuentan con un plan previo de financiación y modo de incitación de las masas.
Uno de los primeros subgrupos identificados al interior de la organización son los denominados GET (Grupos de Estudio y Trabajo), quienes se encargan del estudio previo de la acción, la disposición de los recursos financieros y los métodos de reacción ante la respuesta de la fuerza pública.
Otra de las facciones de la organización es la encargada de adelantar las acciones y operaciones en campo. Los miembros de esta subestructura estarían preparados en primeros auxilios, protección de los vándalos y son quienes se encargan de la preparación de los elementos explosivos y contundentes. También serían los responsables del capítulo propagandístico de los que denominan “hechos heróicos por Colombia”.
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En el documento se establece la forma en la que, según las autoridades, los organizadores de los hechos violentos tienen planeadas sus rutas de escape, movimiento que además de incluir el intento de mecanismos de despiste con el cambio de ropa, incluye la huida en grupos reducidos de hasta tres miembros, el uso de transporte público y el reporte a un presunto coordinador o responsable.
Según las autoridades, lo consignado en este documento evidencia que los hechos violentos perpetrados en el marco de la protesta social y que han contribuido a que se deslegitime, obedecen a un plan detallado que se nutre del descontento social para camuflar actos vandálicos.