Uno de cada mil niños en el estado Nueva York perdió a un padre o cuidador a causa de COVID-19 entre marzo y julio, la mayoría en familias negras e hispanas de bajos recursos en NYC, según un nuevo informe publicado el miércoles.
El análisis de United Hospital Fund (UHF) y Boston Consulting Group también muestra que la crisis del coronavirus está generando un costo económico profundo y potencialmente duradero en los niños que ya están devastados por la muerte de sus seres queridos.
En julio, cuando no había un recuento oficial de padres o cuidadores fallecidos por el virus, el portal The City utilizó los registros de los sindicatos locales para indicar la magnitud de la pérdida de niños. Ahora, ese número es más claro: alrededor del 57% de los 4,200 niños que perdieron a un padre o cuidador en NY, viven en El Bronx, Brooklyn o Queens, según el informe.
“Esta pandemia no se parece a nada que hayamos visto antes. La comparación más cercana en el estado sería el 11 de septiembre (2001), cuando más de 3 mil niños perdieron a un padre”, comentó Suzanne Brundage, directora de la Iniciativa de Salud Infantil de UHF y coautora del informe. “Perder a un padre o cuidador durante la niñez aumenta el riesgo de que el niño desarrolle una variedad de malos resultados a lo largo de su vida, incluida una peor salud mental y física”.
El informe pinta un retrato crudo de las consecuencias en los menores de 18 años que perdieron a un padre o tutor a causa de COVID-19. Esas repercusiones son aún mayores entre las personas y comunidades de color afectadas de manera desproporcionada por el virus.
Los niños negros e hispanos experimentaron muertes parentales al doble de la tasa de asiáticos y blancos. Es el caso de 1 cada 600 niños negros y 1 en 700 hispanos, en comparación con 1 entre 1,400 menores asiáticos y 1 por 1,500 niños blancos, según el informe.
Los niños en códigos postales con mayor número de pérdidas parentales estaban ya en desventaja de viviendas superpobladas y pobreza.
En NYC, Brooklyn y Queens comparten el mayor número de niños que perdieron a un padre a causa de COVID, con aproximadamente 890 cada condado. Le sigue El Bronx con 600, Manhattan 360 y 120 en Staten Island.
La pérdida de un padre o cuidador pone a los niños en riesgo de ingresar al sistema de crianza temporal o al cuidado por parientes, además de hacerlos más vulnerables a problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad. Casi el 50% de estos niños pueden entrar en la pobreza, según el informe.
Además, el estudio encontró que casi 325 mil niños han sido empujados hacia la pobreza debido a los impactos económicos del COVID-19.
“A medida que los neoyorquinos determinan cómo responder a la pandemia durante una situación presupuestaria precaria en la ciudad y el estado, es fundamental no perder de vista sus efectos inmediatos y a largo plazo sobre la pobreza infantil, la salud mental y el bienestar general”, alertó el Dr. Anthony Shih, presidente de UHF.
Los autores del informe estiman que durante el próximo año se necesitarán $800 millones de dólares en vivienda, alimentos, seguro médico e inversiones en aprendizaje remoto para satisfacer las necesidades básicas de los aproximadamente 300 mil menores de edad que se acercan o se encuentran en la línea de pobreza en la ciudad de Nueva York.
Además, los efectos a largo plazo en los niños podrían costarle al estado Nueva York aproximadamente $1.7 mil millones de dólares durante los próximos 50 años, más $8.5 mil millones en ingresos perdidos debido a las interrupciones del aprendizaje durante la pandemia.
Nueva York ha sido la ciudad más afectada en el mundo con la pandemia, con casi 20 mil muertes confirmadas, además de crisis fiscal, éxodo y un alto desempleo.