Las dos grandes áreas urbanas francesas, París y Marsella, se encuentran este miércoles en alerta máxima por el coronavirus con los bares y los cafés cerrados, dentro de las medidas restrictivas impuestas en un contexto de muy elevado nivel de contagios.
Este martes, la agencia de salud pública francesa notificó 10.489 nuevos contagios en todo el país y 65 muertes, con lo que ya han fallecido 32.365 personas desde el comienzo de la epidemia.
Ante la fuerte incidencia en París y en los departamentos limítrofes durante los últimos días, desde este martes la zona metropolitana entró en alerta máxima, lo que supone que los bares y cafés van a permanecer cerrados al menos durante 15 días, algo que ya se venía aplicando a el área urbana de Marsella y Aix en Provence (sureste) desde la semana pasada.
Los restaurantes pueden abrir, pero con un protocolo reforzado, en particular un máximo de seis comensales en cada mesa, que tiene que estar separada de las demás por más de un metro.
Además, los clientes de los restaurantes tienen que dar sus nombres y sus teléfonos para ser advertidos en caso de contagio de alguno de ellos.
EFE